Primero que nada aclaro que no pienso entrar en controversias sobre si la raza existe o si todos somos la misma raza ni cualquier otro dilema existencial que acostumbra aflorar cuando se habla del tema.
Con esta entrada resolveré la duda de muchos escritores sobre cómo describir los origenes/raza/etnia de los personajes sin ser tan obvios e ir más allá de las típicas descripciones basadas en el color de la piel de nuestros personajes.
Dejaremos a un lado las palabras de nuestro diccionario, como blanco alabastro, marrón leonado, pardo ocre, cobrizo oscuro, ébano de obsidiana o atezado brillante. (sí, hay mucha tela de dónde agarrarnos para describirlos) y daremos paso a una forma más avanzada y literaria. Más actual.
No quiero decir que definir a un personaje como negro o blanco esté mal, pero en ocasiones no es suficiente para dar una idea a nuestros lectores de quién es o de dónde proviene en realidad. Por ejemplo, tenemos a un personaje árabe de piel negra. La sola mención de su color de piel se quedará corta y no deseamos usar una frase como "Malcolm era negro y árabe" (aunque no esté mal y es muy concisa), pues no corresponde a nuestro estilo literario, estamos usando algún tipo de narrador o no viene al contexto.
Otro de los motivos por los cuales es necesario traer a colación la raza de un personaje radica en que los lectores tienden a caer en el blanco por defecto aunque ya hayas dejado claro al inicio de la historia que Malcolm es negro. Sí, sucede a menudo, por lo que, en ocasiones, es necesario incluir perlitas sueltas que les recuerden esto.
Si no me crees, cuando en la película Los juegos del hambre apareció Rue caracterizada por una chica negra, muchos se decepcionaron, aunque en el libro quedó muy claro que lo era.
¿Qué podemos hacer?
1. No nos quedemos cortos en las descripciones físicas
Junto con la descripción del color de piel podemos agregar algunos rasgos faciales como la forma de los ojos o alguna prenda de vestir cultural, religiosa que lo identifique. Aunque no buscamos convertirlos en estereotipos y asumir que por ser español baila y canta La macarena, gusta del flamenco y come paella todo el día, existen ciertas características comunes que podemos usar. Repito, huye de los estereotipos de raza.
En personajes negros el cabello afro es una buena manera de enfatizar la raza si no quieres mencionarla, aunque no todos los negros tenemos el cabello afro, no somos altos, no gustamos de los aretes o usamos rastas, como intentó hacerlo creer de forma errónea Rowling en Harry Potter.
2. Explora su cultura y su mundo
Aunque viene de la mano del anterior (todo en este artículo lleva a lo mismo), un escritor avezado y que conozca bien a sus personajes puede sacarle jugo a este aspecto. Para ser más claro, si el personaje recuerda cuando en su infancia celebraban el Año Nuevo chino con su familia podemos asumir que es chino o su familia lo es. Si el personaje celebra el Día de San Patricio... ¡Eureka! Podría ser irlandés.
Aunque no solo de fiestas vive el hombre, la cultura puede expresarse por medio de la comida, el idioma, la decoración del hogar, una conversación y hasta las creencias religiosas.
3. ¿Pertenece a alguna asociación o club?
Mamá, te presento a mis amigos del club de lectura |
Si incluimos una escena en la que nuestro personaje diga que no puede ir a alguna actividad porque tiene una reunión de la asociación de estudiantes negros (o algo así) no hay que esforzarnos demasiado en su raza.
En cambio, si otro personaje recuerda con nostalgia que perteneció a la hermandad Studentenverbindung (sí, así se escribe y no sé cómo se pronuncia), con otros datos y un poco de información, sospecharemos que es alemán.
También podemos hacerlo circunstancial. Cierto líder intenta reclutarlo a una asociación a la que pertenece su raza o un amigo/familiar lo alienta a unirse.
La clave radica en que la asociación o club de la que estés hablando sea representativa, en gran parte, de una raza o etnia.
4. Que otro personaje nos lo diga
Una de mis favoritas. Nada como dejar en boca de otro un juicio hacia nuestro personaje.
Aunque es subjetivo, un personaje secundario puede deducir la raza o el origen de otro por las diferencias en la piel, al hablar, actuar. Allá tú como lo haga saber: mediante un comentario, una broma, un insulto o una simple observación.
Sin importar la forma, queda muy natural y te libras de posibles complicaciones, ya que serían los diálogos o pensamientos de los personajes los encargados de determinar la raza.
5. Que el mismo personaje lo diga
Así, sencillo y directo. El personaje puede hacer una declaración sobre su raza. Para ir al grano, José dice ante una situación especifica "es que nosotros los colombianos somos echados pa'lante".
Esta entrada de Enerio Dima sobre cómo escribir acentos puede sernos muy útil al momento de caracterizar a un personaje por su propia voz y este artículo de Ana Vidal sobre cómo hacer personajes extranjeros más creíbles es conciso y al punto.
Cuidadito con los estereotipos y la ridiculización por acentos, queridos colegas.
6. Que defienda una raza específica
Vaya que uso a ratos la palabra específica. En fin, haremos que el personaje se queje o haga frente a algún tipo de racismo o xenofobia. De esa manera nos deja clara su raza u origen.
Pongo como ejemplo a Jemar Michael, actor de Dear White Peolpe, serie que invito a ver para comprender mejor a las personas negras si vas a aventurarte a escribir sobre el otro en algún momento.
Jemar Michael |
Si Jemar fuese un personaje de tu novela y lo describieras solo por su color de piel, nadie jamás pensaría que es biracial y se considera negro. Solo si incluimos su lucha contra el racismo y sus dificultades para ser aceptado en uno u otro grupo (como el mismo dice, "no es lo suficientemente negro para los negros, pero es lo suficientemente negro para los blancos") podríamos hacernos una idea de su raza.
7. No le des vueltas al asunto y sé directo
Como mencioné al empezar el artículo, no está mal decir que un personaje es negro, indio, etc., no obstante, como en cualquier otro detalle de nuestra historia, debe leerse natural, no como si estuvieras describiendo los ingredientes de un envase de champú. Describir su parecido con su padre o que no es tan marrón como su madre podría ser suficiente, supongo. Dí que es negro, blanco o lo que sea, pero hazlo como solo podría hacerlo un escritor.
En conclusión, y por experiencia, cuando incluyas a un persona de otra raza/etnia/origen hazlo saber lo más pronto posible (a no ser que sea el personaje principal y aparezca en la portada, aunque ni así debe omitirse), no en la décima página o en el quinto capítulo.
Aprende a describir el color de la piel para que no los catalogues como meros blancos o negros. No todas las personas blancas son iguales, por lo que también aplican los tonos de la piel, úsalos.
Aunque no lo creas, debes recordar a tus lectores que el personaje es negro, marrón, chino, cubano o un pingüino. Hazlo de cualquier forma pero ten presente que ellos te lo agradecerán (los lectores, no los pingüinos).
Para terminar, quiero agradecer a todos los que me escriben para comentar, criticar o felicitar por algún detalle de Héroes de cajón. Ya empecé a trabajar en la segunda parte y espero aprovechar el NaNoWrimo para adelantar trabajo.
Vaya cambio en el tono, la semana pasada hablamos de bathos y humor en nuestras historias. Hoy hablamos de un tema más serio. Digamos que es un bathos invertido.
¿Cómo te pareció esta entrada? Espero que te sea útil, porque tengo mucho sueño y voy a parar de escribir... ahora.
A mi siempre me ha resultado difícil encontrar el adjetivo exacto que describa, pero sea sutil al mismo tiempo.
ResponderEliminarLo has planteado muy bien en el post, y saco buenas ideas y un buen regusto al terminar de leerte.
Habrá que meterte en favoritos :)
Hola, Oren. Muchas gracias por tu comentario y espero que te haya gustado el artículo. Si lo deseas, puedes bucear por el blog y hallar otros consejos para describir personajes. De nuevo, muchas gracias y cuídate mucho.
Eliminar¡Hola, Piper! Aquí tú venezolano favorito, también con sueño, y como a mí me queda también escribir, seré conciso.
ResponderEliminarAquél chico cautivó a Sebastián. Sus ojos no pudieron separarse de aquella mirada inquieta y alargada; propia de alguien que sabe que lleva penas y dolores ajenos como propios.
Con el pelo corto hasta el punto de hacer parecer que en la chiva tiene más pelo, aquél hombre juega con su barbilla, sin dejar de lado su trago. En cuanto termina de sorber, toma una manzana de la mesa, y comiéndosela con sus enormes labios, Sebastián está seguro de sentir un orgasmo.
-Ojalá fuera manzana para que me mordieras con tanto esmero...
Sin duda, era el asesino serial más bello que hubiese visto. Lástima que tuviera que matarlo. Levantandose de su asiento, Sebastián le dirige una mirada nerviosa, y le parte aquél hermoso rostro hasta el punto de que su nariz pasa de ser aplanada hasta volverse casi que martillada.
-Parece que has sido re-modelado.
Sí, es la mejor descripción que pude hacer del sujeto. Dejando de lado la temática, lo que más me costó fueron sus ojos (que ironía; tengo mucho sueño como para releer la entrada), pero aún así, para ser algo corto, me siento satisfecho por ello. Buena entrada, y que te vaya bien, Piper. Hasta la semana próxima.
Posdata: El chiste del final ya lo había hecho yo en la entrada pasada. No me robes el bathos XDDDDD.
Posdata 2: Matadme. No supe que tanto sueño tengo, hasta que vi el juego de palabras que hice. No tiene perdón XD.
Hola, que bueno saber que ya firmas los comentarios con tu nombre. Como siempre, muchas gracias por comentar y no te preocupes, a ti te perdono lo que sea. ¿Ya estás de regreso en Venezuela? Cuídate mucho, y el chiste del final... sí, lo robé de ti. :)
EliminarBueno, Piper, sí estoy de vuelta en Venezuela. Cuídate, gracias por perdonarme mis tonterías, vienen con el paquete XD. Cuídate, y que te vaya bien, Piper. Saludos a la familia.
EliminarDespués de la tercera entrada me declaro tu fan, me encanta lo que escribes y como lo escribes. La mar de útil, pero voy a tener que dejar de leerte y ponerme a escribir, jaja.
ResponderEliminarJa, ja, ja. Muchas gracias por las palabras. Me halagas mucho y es bueno saber que te son útiles. Y ahora, ¡ponte a escribir!
EliminarQué interesante... y qué útil me está resultando. ¡Gracias!
ResponderEliminarQue maravilla la sencillez y naturalizad con la que explicaste algo que me tenía en apuros. Voy a seguir tus consejos, y recorrer un poco más el blog, he visto otras entradas muy interesantes por ahí. ¡Muchas gracias!
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