Diversidad y representación en la literatura

¿Cómo termino mi novela? Listado de posibles finales

"Consejos para incluir diferentes finales en nuestras novelas"

El final de una novela es casi tan importante como su inicio, con la gran diferencia de que si las primeras palabras, líneas o párrafos que estamos leyendo no nos gustan o son de pésima calidad, bien podemos detenernos, cerrar el libro y archivarlo en la estantería de los prohibidos (O regalarlo a nuestro peor enemigo). En cambio con el final sucede lo contrario. Ya el lector se ha consumido casi trescientas páginas y se encuentra con un terminación poco coherente, salida de los cabellos y nada convincente (No es lo mismo un final mal estructurado que un final con excelente argumento pero que no imaginábamos o no nos gusta) 

El siguiente listado incluye los posibles finales a los que puede recurrir un escritor avezado para culminar su obra o simplemente un capítulo. Todos efectivos si se saben utilizar, pero catastróficos cuando el autor los saca de debajo de la manga sin justificación, faltándole el respeto a los lectores y convirtiendo toda la obra en un Deus ex Machina.

Advierto que cada tipo de final va acompañado de un ejemplo, el cual puede contener destripes (o spoilers, para los que gustan del anglicismo)

Todo fue un sueño

Este final, del cual ya había hablado en una entrada anterior, es de sumo cuidado, pues puede ser visto como una salida rápida y grosera del autor, quien como por arte de magia hace que el personaje despierte en su cama (pijama, gorrito y bostezo a bordo) diciéndose a sí mismo algo así como "todo ha sido un sueño" o "fue solo un sueño". ¿Qué ha sido de la trama, los personajes y el conflicto del libro? A la basura, al fin y al cabo "todo ha sido un sueño". ¿Un mal sueño para el lector? ¿El escritor recurrió a un Deus ex Machina?

Sin embargo, la clave y gracia de este final es que luego de haber despertado, el personaje ve, ya sea en la mesa de noche o junto a él, un objeto que estaba en el sueño, lo que deja al protagonista y a los lectores preguntándose ¿O no lo fue? (Sí, un recurso bastante trillado hoy en día)

Este tipo de final lo encontramos, por ejemplo, en el libro Alicia en el país de las maravillas de Lewis Carrol, cuando la susodicha en cuestión despierta de su sueño agitando a uno de sus gatitos en vez de la Reina Roja.


─¡Despierta ya, Alicia! ─le dijo su hermana─. ¡Cuanto rato has dormido!
─¡Oh, he tenido un sueño tan extraño! ─dijo Alicia.

Final ambiguo 

Este tipo de final es para expertos. 

Cuando se termina la última página, la resolución no es clara. Hay mucho sin explicación y el lector continua haciéndose preguntas sobre este final. Como dije al principio, un escritor que recién está empezando no debe arriesgarse por esta opción, que deja esa sensación en el aire de que faltó algo.

Este tipo de final es el que encontramos en el cuento ¿La Dama o el Tigre?, de Frank R. Stockton, en el cual, de manera deliberada, el autor termina de manera ambigua.

Este asunto de su decisión no puede ser encarado con ninguna ligereza, y no tengo la pretensión de considerarme capaz de resolverlo. Y por lo tanto, lo dejo en las manos de los lectores: ¿Quién salió por la puerta abierta? ¿La dama o el tigre?

Final ambiguo del clon

Un tipo de final extraño, en el cual en algún momento de la trama el protagonista fue clonado, por lo que en el clímax de la historia, ambos, protagonista y clon, se enfrentan en duelo a muerte con victoria asegurada para el personaje original. 

Lo incierto de este final es que el autor puede jugar con el lector sembrando la duda sobre si quien sobrevivió fue el original o el clon. Cha cha cha chan. 


"El final del clon es un tipo de final que podemos incluir en nuestras novelas"
Si recuerdan, al final del capítulo sobrevive un clon de Homero Simpsons

Un ejemplo es el libro Point Blanc, de la serie Alex Rider, escrita por Anthony Horowitz.

Un Alex Rider se acercó al agujero y miró hacia abajo.
El otro Alex Rider yacía sobre la espalda, dos pisos más abajo. No se movía. Las llamas lo rodeaban.
El primer camión de bomberos llegó al colegio. Subieron una escalera hacia el tejado. Un chico de pelo rubio y corto y ojos castaños, que vestía una cazadora vaquera, camiseta y vaqueros, se acercó al borde del tejado y comenzó a descender.
Un final abierto que nos pone a dudar si el verdadero Alex Rider es quien ganó la pelea de rubios

Anticlímax

El clímax es el momento quizás más apasionante y esperado de la lectura, el final llegará pronto y nos encontramos con una más que segura espléndida batalla apocalíptica, no existe nada más importante en la vida que devorarse esas últimas páginas. El suspenso avanza, una coma, unos puntos suspensivos y... el villano mata a nuestro héroe o el villano cae espontáneamente muerto (¡WTF!), o peor aún, el villano muere por otra persona, objeto o razón diferente a la del héroe, He ahí un anticlímax.

Si el anticlímax no es cuidadosamente elaborado y la razón por la cual se incluyó no es claro, el escritor podría estar cayendo en un abismo del cual no saldrá jamas. Un lector frustrado es nuestro peor enemigo. 

Para hablar de este tipo de final, pondré como ejemplo Amanecer de la desastrosa (Al menos para mí, con respeto a los seguidores) Saga Crepúsculo de Stephenie Meyer.

En Crepúsculo, el final de Amanecer parece que conduce a una confrontación violenta, por toda la tensión que se creó en las novelas anteriores, entre los Cullen y los Vulturi, pero en vez de eso su autora se saca de la manga un Deus ex Machine. En lugar de luchar, los vampiros, seres inmortales con superpoderes, optan por hablar de sus diferencias y llegar a una solución diplomática (Que conveniente). Toda una decepción, teniendo en cuenta el género del libro y que desde el principio los Vulturi fueron pintados como lo peor de lo peor.

Aro asintió con expresión solemne y luego se volvió hacia la guardia con una cálida sonrisa.—Hoy no vamos a luchar, queridos míos —anunció.
Los integrantes de la guardia asintieron al unísono y abandonaron sus posiciones de ataque mientras la neblina se disipaba enseguida. Mantuve preparado el escudo por si acaso. Tal vez sólo fuera una treta.

Sorprendente momento de coronación

Sucede cuando al final de la historia, el personaje o los personajes principales son coronados como los líderes de la tierra que acaban de salvar.

Las historias que pueden usarse para soportar este tipo de final, bastante común por cierto, son:

  • El héroe es parte de la línea real, por lo que tarde que temprano ocuparía su lugar como rey.
  • Es parte de una antigua tradición coronar a quien haya logrado cierta hazaña.
  • Es la recompensa habitual al héroe por sus valientes acciones
  • El rey le ofrece la corona y desiste de su papel porque está enfermo o viejo (Este ofrecimiento lleva consigo a la hermosa princesa. Algo machista)
Algunas veces esta coronación va acompañada de una boda, con lo que tenemos un completo final feliz. 

Al ser uno de los finales más usados y conocidos no solo en los cuentos de hadas, es bastante sencillo hallar versiones en la literatura. 

En El Señor de los Anillos, El Retorno del Rey de JRR Tolkien

Y así, arreboladas las mejillas por la sangre roja, con los ojos brillantes de asombro, Frodo y Sam continuaron avanzando y vieron, en medio de la hueste clamorosa, tres altos sitiales de hierba verde. Sobre el sitial de la derecha, blanco sobre verde, flameando al viento, un gran corcel galopaba en libertad; sobre el de la izquierda se alzaba un estandarte, y en él una nave de plata con la proa en forma de cisne surcaba un mar azul. Pero sobre el trono del centro, el más elevado, flotaba un gran estandarte, y en él, sobre un campo de sable, nimbado por una corona resplandeciente de siete estrellas, florecía un árbol blanco. Y en el trono estaba sentado un hombre vestido con una cota de malla; no usaba yelmo, pero en sus rodillas descansaba una espada larga. Y al ver que llegaban los
hobbits se puso en seguida de pie. Y entonces lo reconocieron, cambiado como estaba, tan alto y alegre de semblante, majestuoso, soberano de los hombres, oscuro el cabello, grises los ojos.
Frodo le corrió al encuentro, y Sam lo siguió.
—Bueno, si esto parece de veras el colmo de los colmos —exclamó—. ¡Trancos! ¿O acaso estoy soñando todavía?
—Sí, Sam, Trancos —dijo Aragorn—. Qué lejana está Bree, ¿no es verdad?, donde dijiste que no te gustaba mi aspecto. Largo ha sido el camino para todos, pero a vosotros os ha tocado recorrer el más oscuro.
Y entonces, ante la profunda sorpresa y turbación de Sam, hincó ante ellos la rodilla; y tomándolos de la mano, a Frodo con la diestra y a Sam con la siniestra, los condujo hasta el trono, y luego de hacerlos sentar en él, se volvió a los hombres y a los capitanes que estaban cerca, y habló con voz fuerte para que la hueste entera pudiese escucharlo.

Bebé a bordo

Para completar el típico final feliz "vivieron felices y comieron perdices", es necesario convertir este momento en algo conmovedor y especial, algo que confirme su objetivo de demostrar el verdadero amor entre sus personajes y afianzar la confianza de sus lectores. 

Nada mejor que un bebé. ¿De quién son cachetes? 

Este recurso bien puede ser cerrar con la chica en embarazo, el nacimiento del heredero en medio de la alegría, o mejor aún, dar un salto en el tiempo para demostrar una familia hecha y derecha con la cría en pleno crecimiento, con el mejor amigo haciendo del tío cercano o mentor. Todas son bienvenidas.

También puede ser que la mujer se entera de que está embarazada pero el padre ha muerto. Es un final agridulce pero también una muestra de que la esperanza aún se mantiene en el retoño.

¿O qué tal introducir una boda con niños corriendo de aquí para allá y todos los sobrevivientes llorando por los que no están? Clásico y emotivo. Si con eso no llora el lector...

Este final aparece en el epílogo de Harry Potter y las Reliquias de la muerte, de J. R. Rowling, cuando vemos a unos adultos con sus chicos en la estación. 


Harry se puso en cuclillas y su cara quedó a la altura de la de Albus. El chico era el único de sus tres hijos que había heredado los ojos de Lily.—Albus Severus —susurró Harry para que no los oyera nadie más que Ginny, y ella fue lo bastante discreta para fingir que estaba diciéndole adiós con la mano a Rose, que ya había subido al tren—, te pusimos los nombres de dos directores de Hogwarts. Uno de ellos era de Slytherin, y seguramente era el hombre más valiente que jamás he conocido.—Pero sólo dime…—En ese caso, la casa de Slytherin ganaría un excelente alumno, ¿no? A nosotros no nos importa, Al. Pero si a ti te preocupa, podrás elegir entre Gryffindor y Slytherin. El Sombrero Seleccionador tiene en cuenta tus preferencias.—¿En serio?—Conmigo lo hizo —afirmó Harry.

Cliffhanger de los militares bolivianos

Ya la mayoría conoce en qué consiste el Cliffhanger o "colgado del acantilado". Son esas escenas que al final de un capitulo o de un libro, nos dejan en suspenso y con el deseo de leer más para saber que sucederá.


Pues bien, el Cliffhanger de los militares bolivianos debe su nombre a la película Butch Cassidy y el Sundance Kid.

¿Por qué el nombre? 

Los que han visto la película sabrán que al final los dos protagonistas, sin esperanza alguna de sobrevivir, se enfrentan armados con sus revólveres contra todo un ejercito en Bolivia. Este final cerrado nos dejaba la duda de si sobrevivirían o no. En el Cliffhanger de los militares bolivianos, en cambio, habrá un nuevo capitulo o libro con el cual despejaremos esa duda.

Canción de Hielo y Fuego posee un gran número de estos finales, puesto que George R. R. Martín, al escribir mediante diferentes puntos de vista, posee la ventaja de usar esta técnica con frecuencia.

Davos en el Aguasnegras. Un momento de tensión en el cual damos por muerto al Caballero de la Cebolla.

Y entonces la corriente lo hizo girar de nuevo, y Davos vio qué lo esperaba corriente abajo. «La cadena. Los dioses se apiaden de nosotros, han levantado la cadena.»

Donde el río se ensanchaba para desembocar en la Bahía Aguasnegras, se extendía la barrera, muy tensa, que se alzaba apenas tres o cuatro palmos sobre el agua. Una docena de galeras había chocado ya contra ella, y la corriente empujaba hacia allí a otras naves. Casi todas ardían, y el resto no tardaría en arder. Davos podía distinguir, más allá, los cascos a franjas de las naves de Salladhor Saan, pero sabía que nunca lograría llegar hasta ellas. Ante él se extendía una pared de acero al rojo, madera en llamas y remolinos de fuego verde. La boca del río Aguasnegras se había convertido en la boca del infierno.

Más adelante descubriremos que Davos sobrevivió al naufragio.

Pero ahora debo irme

También llamado "Síndrome de Mary Poppins" y un nocaut repleto de sentimentalismo para tu libro. 

Al final de la novela, cuando se ha alcanzado la meta a través de sufrimiento y conflicto, un personaje debe irse para siempre. Si. Ese al que le hemos tomado cierto cariño y que se partió el lomo ayudando a los demás, pero que por razones variadas debe abandonar al grupo. 

  • Ha llevado a cabo su trabajo y sus servicios ya no son necesarios, al igual como sucede con el Caballero Errante
  • Debe cumplir con una promesa de muchos años para volver a su lejano hogar. 
  • Está ligado por una maldición sobrenatural o hechizo que establece que sólo pueden volver cada X número de años o que sólo pueden quedarse X días. 
  • Es una especie de ser sobrenatural o ser divino que no puede establecerse en este mundo y disfrutar de las comodidades humanas. 
  • Simplemente es sólo un viajero, un vagabundo que no puede establecerse en ningún lugar y responde al llamado de la carretera o el grito del mar, 
  • Quizás manifiestan que en esa sociedad no hay lugar para tipos rudos como ellos. 
  • Debe ascender a un plano superior de existencia. 
  • Quiere que su heroísmo permanezca como un recuerdo o un mito. 
En fin, hay un sinnúmero de opciones que pueden ser útiles para este final.

En el cuento La llama azul de la venganza, de Robert E. Howard encontramos un magnifico ejemplo de este final.

"Soy un hombre sin tierra." Una extraña mirada intangible, casi mística brilló en sus ojos fríos. "Vengo de la puesta del sol y en la salida del sol me voy, dondequiera que el Señor guíe mis pies. Busco ... la salvación de mi alma, He venido siguiendo el rastro de la venganza. Ahora tengo que dejarte. El alba no está muy lejos, y quiero que me encuentre inactivo, pues mi trabajo aquí está hecho;.. el largo sendero rojo se termina, y a pesar que El hombre de sangre está muerto, hay otros hombres.. de la sangre, y otros senderos de venganza y retribución. Yo trabajo la voluntad de Dios. Mientras haya maldad, mientras que los hombres son perseguidos y las mujeres tratadas injustamente, mientras que los débiles, humanos o animales sen maltratados, no hay descanso para mí bajo los cielos, ni paz en cualquier pensión o alojamiento. ¡Adiós! "

Sea como sea nuestro personaje se aleja, casi siempre con un consejo final y una sonrisa de satisfacción. Lagrimas van, lagrimas vienen.


Bueno, con esto doy por terminada esta primera entrega de posibles finales a usar en nuestras obras y espero que dentro de una semana pueda subir otros. Cabe decir que son ejemplos muy comunes y que están expuestos a las modificaciones que veamos necesarias, pues el éxito en su uso depende de la creatividad literaria y la capacidad del escritor más que del final mismo.

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Comunidad Umbría: rol y escritura en un mismo lugar

"Comunidad Umbría es una página que promueve la literatura"

Comunidad Umbría, Rol por Web. Un sitio en la Internet que invita desde el primer momento a escribir. Pero no te hablo de escribir por cumplir un requisito, es necesario hacerlo bien y con calidad, derramando en cada entrada toda tu creatividad y talento literario, pues he comprobado de primera mano lo exigente que puede llegar a ser un usuario de esta comunidad.

Con una interfaz atractiva y comprensible, darse de alta en Comunidad Umbría, Rol por Web es  el primer paso. Te haces con un nombre de usuario y un correo. Así de fácil. Sin intrincados formularios y requisitos de oficina estatal. 

Una vez adentro, seleccionas un avatar y empiezas a disfrutar de partidas de rol por Internet. Si a estas alturas no la has cogido, entiéndelo, ¿recuerdas esos divertidos jueguitos de mesa donde encarnabas a un elfo o a un enano?  Es lo mismo, solo que en vez de eso estarás en la comodidad de tu casa frente al computador, transfigurando en un ser mucho más extravagante y raro de lo que ya eras para tus padres. Un total freaky.

Se empieza como espectro friki y a medida que se ganan frikipuntos (Existen diferentes maneras de hacerse con estos puntos) se va ascendiendo en la escala social de la comunidad o frikómetro, pasando por Frikitines, Frikensteins, hasta frikimasters.

Y después preguntamos por qué no tenemos vida social
A partir de este momento decides si quieres actuar como director y abrir tu propia partida o participar en una como jugador. Por mi parte recomiendo conocer primero la página, sus funcionalidades y los recursos (que son bastantes) antes de aventurarte a dirigir sin experiencia. Es en este punto donde debemos sacar a flote el escritor que llevamos dentro.

Narrar, dirigir, o hacer parte de una partida en Comunidad Umbría, Rol por Web significa esmerarte en cada detalle, cada palabra y aspecto de la misma, con el fin de estimular a tus jugadores y compañeros mediante escenarios repletos de imágenes, sonidos y descripciones extraordinarias, ya que ellos no podrán escuchar tu voz ni verte y deberán dejar llevar su imaginación conforme escribas.

Y es que, desde un punto de vista literario, Comunidad Umbría, Rol por Web hace parte de una de mis paginas favoritas, aunque aclaro que todo depende de las reglas acordadas al inicio de la partida, pues muchos solo desean pasar un buen rato sin quemarse el coco ni inspiraciones artísticas 

Para dar mayor énfasis a lo que estoy intentando explicar, pego una entrada de un jugador x en una partida x en una sección que su director tituló relatos y donde cada uno explicaba los orígenes de sus personajes

PONZOÑA:
Ante sí se alzaba, recortado contra el horizonte, el enorme bloque granítico que le había servido de norte durante su avance por la desolada llanura en los últimos días. Durante varias jornadas había seguido el cauce de un imaginario y falso río sin agua, creado por las pezuñas y cascos de las manadas y rebaños de ñúes y cebras, en su huida de un páramo de pastos agostados y resecos a la búsqueda de mares de hierba verde y fresca. El sol, en una vertical implacable, ejercía su cruel dominio de luz y calor sobre aquel paraje y un suave viento, abrasador y árido, consumía la escasa humedad del aire.
Él se detuvo durante unos instantes, apenas percibiendo el reverberante calor del suelo bajo las encallecidas plantas de sus pies. Su oscura mirada, destellante entre los entrecerrados párpados y contrapunto a la cegadora luminosidad del mediodía, registró el terreno a su alrededor. A escasos metros y distanciadas entre sí, unas pocas acacias de torturados troncos y espinosas ramas, ofrecían una escuálida sombra a quien estuviera dispuesto a refugiarse bajo ellas. Pero no era sombra lo que buscaba. No ahora. Y entonces las vio. Una breve sonrisa asomó entre sus labios al distinguir las rastreras hojas, pardas por el estío, una agostada promesa de lo que, penosamente, habían acumulado para sobrevivir a aquella estación de privación.
Comenzó a andar hacia ellas y bajo la dirección de aquel nimio esfuerzo, los poderosos músculos se perfilaron bajo la negra piel. Se arrodilló, en un gesto casi de veneración hacia la naturaleza que habría de proporcionarle lo que más necesitaba en aquel momento. Su cuchillo, mate incluso a la luz del sol, rasgó la tierra, cuarteándola alrededor del frágil tallo. Las manos escarbaron con suavidad, levantando finas nubes del polvo, hasta alcanzar el grueso y jugoso tubérculo. Un leve tirón lo arrancó de su cuna. Ahora sí era el momento de acogerse a la promesa de las acacias de la sabana.
Sentado en el suelo y con la espalda apoyada contra el rugoso tronco del árbol elegido, movía la hoja que cortaba pedazos de la raíz con un seco chasquido. Masticaba lentamente, extrayendo toda el agua de una pulpa tan áspera como el terreno que le rodeaba y después escupía a un lado el fibroso resto. Y mientras tanto, era uno con el todo. No pensaba, no hablaba consigo mismo, no rezaba, no imaginaba, no recordaba. Era como el árbol, como la piedra, como las hormigas que desfilaban a su lado eludiéndolo, como la lagartija que, a la distancia de una lanza, corría para ocultarse en la grieta.
No tenía prisa. Hurgó en su precario zurrón y sacó un trozo de tasajo, correoso como el mismo cuero, seco y duro como había sido su vida hasta donde podía recordar si se esforzaba en ello. Mordisqueó la carne, paciente, sabedor de que su dureza era la prueba de una resistencia al tiempo, consciente de que él mismo era aún más duro que aquella carne desecada al sol hacía ya varias estaciones. Entrecerró los ojos, somnoliento y aun así alerta, como todo hijo de la sabana que deseara vivir.
El sol prosiguió inalterable su camino, las sombras se alargaron y todo se tiñó con el color de la sangre del ocaso bajo el eco de los rugidos de los leones que despertaban hambrientos. Sólo entonces, con un leve suspiro de fatiga, se puso en pie. Bostezó y se estiró perezosamente, con una gracia felina inapreciable para sí, y comenzó a caminar hacia la gran piedra. Sabía que estaban allí, al otro lado de aquella masa que los ocultaba y lo ocultaba a él. Y sabía que ellos eran su destino. O que él era el suyo. No era importante. Los dioses o los espíritus zanjarían con el tiempo aquel enigma. Pero no deseaba apresurarse. Era su última noche. Lo sabía. Así lo había decidido.
Ascendió la pronunciada pendiente sin dificultad. La rugosa superficie de la piedra parecía adherirse a sus pies. Los damanes de la roca huían a su paso para, tras una corta carrera en la que ocultarse tras matojos o grandes cantos, observar curiosos y sin temor a aquel humano que no les prestaba especial atención. Llegó a la cima, coronada por un inmenso y solitario sicomoro cuyas raíces parecían en constante lucha con la poco acogedora piedra. Desde lo alto se distinguía claramente la vasta superficie de la Sabana y al Este, los fuegos de un campamento.
Se entretuvo recogiendo algunas ramas secas y pronto ardió un pequeño fuego protegido del viento y de las miradas casuales. Contempló el trozo de madera que había encontrado y guardado y a la luz de la lumbre y de la creciente claridad de la luna llena, comenzó a trabajar en él. Entonces, mientras las astillas caían y la madera adquiría una nueva forma, sí se permitió recordar.
Atrás habían quedado su poblado, su familia, sus amigos, su tribu. Y con ellos, su vida, su pasado. Nada ni nadie que amara especialmente o que fuera a echar de menos. Atrás quedaba su infancia, una dura competencia con sus dos hermanas, dignas hembras del clan de las Hienas. Tan bellas, elegantes y letales como las hembras de leopardo en su acecho.
En dos ocasiones habían tratado de poner fin a su vida, valiéndose de su conocimiento de las plantas más letales de la sabana, creando los venenos que creían habrían de matarlo. No contaban con que su destino fuera sobrevivir a sus instintos fratricidas. Pero eran perseverantes. Él lo sabía. Y quizás acabarían logrando su propósito. Y con la misma certeza que a la noche sigue el día, supo que debía matarlas antes de que lo consiguieran. Había sido educado para ello, instruido con dureza por unos progenitores que buscaban una prole que los enorgulleciera en base a la sangre derramada, fuera amiga o enemiga. Por ello habían educado su cuerpo, moldeándolo. Por ello habían cercenado sus sentimientos, convirtiendo su alma en un trozo de obsidiana negra.
No hubo odio ni deseo de venganza. Eran pasiones que no alcanzaba a comprender del todo. Fue el simple deseo de vivir acompañado de otro deseo, el del reconocimiento de la tribu a su valía. Comprendía a sus hermanas de camada que, al igual que las hienas manchadas de sus tierras, buscaban su propio lugar dentro del clan, un lugar en el que para ellas él no tenía cabida. Deseaban ser respetadas. Ansiaban el reconocimiento de padre y madre. Él sólo era el instrumento para lograrlo.
No sería su mano la que derramara la sangre de sus hermanas. Les debía al menos eso. Una oportunidad para demostrar su fuerza y valor cayendo ante su enemigo ancestral, matando mientras morían. Con falsas promesas las condujo a la emboscada que acabó con ambas. Hembras feroces y crueles, amparadas bajo su mutua alianza de protección, no sospecharon de él o de sus verdaderas intenciones, ni siquiera cuando desde la distancia las vio caer, rodeadas de la sangre y de los cuerpos mutilados de los Cazadores de Cabezas que antes habían sucumbido a su ardor guerrero. No sintió pena ni arrepentimiento. Era lo que debía hacerse. Ellas o él. Los espíritus habían decidido.
Los ancianos de la tribu, los chamanes, y sus progenitores alabaron su astucia y el éxito de su lucha fratricida. Ya era un verdadero adulto y sus presas se revelaban mucho más valiosas que un antílope enfermo y sarnoso cuya carne apenas alimentaría a los chacales que merodeaban las chozas de la tribu.
Fueron buenos tiempos que no duraron demasiado. A las alabanzas iniciales siguieron las miradas frías de sus padres. A estas, el desprecio. Finalmente llegó el odio no disimulado. Podía entenderlo. Él era un guerrero. Quizás llegara a desposar a una mujer de su tribu, pero probablemente muriera antes de engendrar un hijo. Sus hermanas eran dadoras de vida, potenciales madres que asegurarían el linaje de su familia. Ahora, su sangre se agostaría desapareciendo para siempre si su simiente no hallaba un vientre. Vio la muerte en los ojos de ellos. Su muerte. Lo entendió. Y supo una vez más que, si deseaba sobrevivir, debía matar.
Volteó entre sus manos la talla aún inconclusa. Se percibían las formas, aunque faltaban los detalles. Los cuartos traseros bajos, la poderosa cabeza, la fuerte mandíbula, las potentes patas. Acarició la madera con su encallecida diestra, arrastrando pequeñas virutas. El cuchillo volvió a trabajar.
Nadie le recriminaría por las muertes de sus progenitores. Lo sabía. Pero sentía cierta desazón ante la idea de derramar su sangre. Ignoraba su causa. Ignoraba incluso el nombre de aquello que sentía. Decidió. Vivirían. Ellos y él. Recogió sus magras pertenencias durante la noche y dejó a atrás familia, clan y tribu. Abandonó el pasado y, al tiempo, su futuro con ellos. Sabía de los mercenarios que comerciaban con plata y reclutaban gentes para guerrear. Constituían una oportunidad para sobrevivir, al menos por un tiempo. La tierra le cantó que siguiera la senda de la migración para vislumbrar su destino.
Depositó la hiena de madera sobre una lisa laja junto al fuego. La luna había concluido su ciclo y las primeras luces del amanecer asomaban en el horizonte. Se puso en pie, sin sentir cansancio alguno tras la noche de vigilia, la mirada negra fija en el campamento que despertaba. Volvió los ojos hacia la talla, imposibles de descifrar. Apagó el fuego orinando sobre él, levantando una ácida y maloliente nube de vaho que se enroscó en torno a la hiena de madera. Se giró e inició el descenso por la empinada ladera de granito, siempre hacia el este, hacia los fuegos, hacia las tiendas, hacia el futuro.
Si lo anterior no es un esbozo literario, entonces no sé que lo será. 

Como decía, todo depende del director o máster, como lo llaman algunos, pero desde mi punto de vista, una buena entrada no lo es por su longitud sino por la calidad, con personajes que hablen y se porten de acuerdo a su ficha y según fueron creados. Con jugadores que no se conformen en plasmar dos o tres renglones estilo mensaje de texto y que recurran a descripciones del entorno completos, capaces de meterte de lleno en aquel mundo imaginario.

En conclusión, para los adictos al juego en carne y hueso, puede parecer un poco lenta y nada interactiva, incluso arriesgada, por el hecho de que en cualquier momento el director o los jugadores desaparecen sin que puedas hacer nada por evitarlo. Lo único que puedo asegurar es que, si todos hacen su parte, Comunidad Umbría puede llegar a ser fuente de ideas para tu novela y un divertido ejercicio para acostumbrarte a escribir.
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Obras que pudieron inspirar a psicópatas y asesinos en serie

No es extraño para nadie que los libros ejercen una poderosa influencia en nuestras vidas, y aunque lo ideal sería que repercutieran de manera positiva, pueden llegar a ser verdaderos instrumentos de maldad y perversión, influyendo en la mente de personas con evidentes trastornos mentales, que encuentran en sus páginas el motor para justificar sus acciones. Esta entrada está dedicada a los libros que, según parece, influenciaron a los más reconocidos asesinos en serie y psicópatas de la historia. Repito, según parece.

"Los libros que inspiraron al asesino Charles Manson"


Situación general

Durante mucho tiempo el actuar de estos dementes ha inundado los titulares de los periódicos alrededor del mundo. Sus acciones, más que reprochables, nos ponen a dudar de la salud mental de las personas con quien compartimos y, al menos a mí, me generan terror. ¿Acaso el lechero si es quien dice ser? 

Si nos tomamos el tiempo para analizar personalidades y rasgos físicos, cualquiera de estos enfermos bien podría ser nuestro vecino o pareja, pues nadie porta un cartel que diga “mírame y corre, soy el carnicero de los blogs. Aunque si lo dijera sería genial. Por el contrario, sus perfiles apuntan a seres con gran poder empático y que reciben buena aceptación por parte de la sociedad, mientras ocultan su verdadero rostro y hacen de las suyas como verdaderos carniceros.

Pero lo que en verdad nos importa en este momento, más que sus horripilantes actos, es el hecho de que ellos, al igual que tú y yo, también leían obras literarias; en realidad fueron ávidos lectores. Y he aquí un listado de esos libros que no debes leer si eres débil mentalmente, presentas algún trauma infantil, una obsesión enfermiza o tu carácter es tan voluble como el agua… Noooo, léelos, ya verás si mañana despiertas con sed de sangre.

Forastero en tierra extraña (Robert A. Heinlein)

Argumento: La primera expedición de la nave Envoy al planeta Marte fue un fracaso. Se enviaron 4 matrimonios, perfectamente compatibles entre ellos, con la misión de colonizar el planeta. Sin embargo, al poco de llegar todos ellos estaban muertos. Cuando la Champion es enviada 18 años después al planeta rojo para averiguar lo ocurrido encuentra supervivientes. Pero no uno de los exploradores originales, sino el fruto de una unión adúltera. Cuando Michael Smith es llevado a la Tierra prácticamente no entiende nada. Su universo, su forma de ver las cosas es completamente marciano, pero se encuentra en un medio abrumadoramente extraño, víctima de una conspiración que no entiende.

Influencia: El libro, que pinta con vivacidad la cultura hippie, es también un compendio de ideas políticamente incorrectas. Racismo, fascismo y machismo se disparan sin complejos ni dilemas morales, y aunque está comprobado que Charles Manson nunca leyó el libro, al parecer, sus seguidores si lo hicieron, por lo que se cree llegó a convertirse en su libro de cabecera y el origen de La Familia. Resta explicar quién es Charles Manson y el alcance de su obra.

American Psycho (Bret Easton Ellis)

Argumento: El protagonista, Patrick Bateman, tiene veintisiete años y vive en el edificio American Gardens, entre la riqueza y sofisticación de la alta sociedad de Manhattan y Wall Street. Cultiva su cuerpo y apariencia, prestando gran atención a los objetos, las marcas y el diseño. Tiene novia y amante. Graduado en Harvard y con un máster en la Escuela de Negocios de Harvard, es vicepresidente del departamento de fusiones y adquisiciones en Pierce & Pierce. También es un asesino en serie, caníbal y practicante de sexo ultraviolento. Siente especial predilección por asesinar prostitutas jóvenes, aunque también comete deleznables crímenes con mendigos, artistas callejeros, homosexuales e inclusive niños. Sus principales crímenes son descritos con escalofriantes detalles; también, sus obsesiones (ya sea acerca de la tecnología, el vestuario o los cantantes y grupos musicales de moda) son expuestas en forma muy prolija.

Influencia: En 1995, el libro fue encontrado en la mesa de luz de Paul Bernardo, asesino serial canadiense, quien junto a su pareja, Karla Homolka, llevaron a cabo terribles y cruentos crímenes, donde fue víctima hasta la hermana de Karla, entregada a su esposo como muestra de amor.

El guardián en el centeno (J. D. Salinger)

Argumento: La novela cuenta la historia de Holden Caulfield, un joven neoyorquino de 16 años que acaba de ser expulsado de Pencey Prep, su escuela preparatoria. Está narrada en la voz de Holden, un joven que se ha caracterizado por tener malos resultados en sus estudios (ya había sido expulsado de varios colegios) y quien cree que la mayoría de la gente es "falsa", salvo algunas excepciones (se destaca el gran amor que siente hacia sus hermanos, uno de los cuales está muerto).

Influencia: Según dicen, el libro favorito de los asesinos en serie y está catalogado por los freaks como un libro maldito. ¿Por qué? 

Mark David Chapman, el asesino de John Lennon, compró la misma mañana en que dio muerte al artista, un ejemplar del libro y escribió en él “esta es mi declaración” firmando como “El guardián en el centeno”. Tras haber cometido el asesinato, Chapman se quedó en el lugar, sacó su ejemplar de “El guardián entre el centeno” e intentó leer la novela hasta que llegó la policía, la cual no tuvo ningún problema al arrestarlo. Afirmó que lo había leído quince veces, tratando de moldear su vida a la del protagonista. “Estoy seguro de que la mayor parte de mí es Holden Caulfield, el personaje principal del libro. El resto de mí debe ser el Diablo”, dijo a las autoridades. 

Se cree que otros asesinos relacionados con el libro son Charles Manson, quien alguna vez insinuó que en sus páginas había códigos secretos que incitaban a matar. Lee Harvey Oswald, presunto asesino de John F. Kennedy y quien supuestamente llevaba consigo el libro cuando fue arrestado; John Hinckley Jr., quien intentó matar a Ronald Reagan, se dice que continuó leyéndolo después de estar tras las rejas; y Sirhan B. Sirhan, arrestado por el asesinato de Robert F. Kennedy. Todos ellos confesos de haber sido influenciados fuertemente por “El guardián entre el centeno”.

Robert John Bardo llevaba el libro encima cuando fue al apartamento de la modelo Rebecca Schaeffer y la asesinó.

El coleccionista (John Fowles)

Argumento: Frederick es un solitario burócrata municipal que colecciona mariposas. Miranda es una radiante e inteligente estudiante de arte. Frederick la secuestra y la aloja con todas las comodidades en un sótano en su propiedad. Fowles recrea un intenso duelo psicológico, físico y cultural donde captor y prisionera intercambian papeles con sadismo, cada cual defendiendo sus propios fines: Miranda desea recuperar su libertad, Frederick quiere ser aceptado como un igual por el objeto de su obsesión. Así, la novela funciona como una especie de manual del buen secuestrador, porque explica cada detalle a tener en cuenta si alguien quiere mantener una persona oculta en su casa sin que nadie lo note. 

Influencia: En varias oportunidades, diversos secuestradores confesaron que el libro fue la base, inspiración o justificación para llevar a cabo sus crímenes.

Leonard Lake y Charles Ng crearon la “Operación Miranda” para satisfacer sus deseos y tener a su propia Miranda. Los vídeos de los asesinatos y un diario escrito por Lake fueron encontrados enterrados cerca de su búnker. En ellos se reveló que Lake nombró su plan "Operación Miranda" por el libro de Fowles.

Christopher Wilder, al momento de suicidarse, tenía en su poder una edición del libro. Christopher era un conocido asesino serial de niñas. Robert Berdella aseguró que el libro fue su inspiración de adolescente para llevar a cabo el secuestro, tortura y posterior asesinato de sus víctimas. 

El agente secreto (Joseph Conrad)

Argumento: los eventos tienen lugar en Londres en 1886 y sigue la vida de Verloc, un agente secreto. Verloc es también un comerciante propietario de un negocio que vende material pornográfico, preservativos, y adornos. Vive con su esposa Winnie, su suegra y su cuñado, Stevie. Stevie tiene problemas mentales que lo hacen ponerse nervioso. Winnie cuida de él y lo trata más como hijo que como hermano. Los amigos de Verloc son anarquistas. Los más destacados son Comrade Ossipon, Michaelis y “El Profesor”. Aunque son inofensivos como terroristas, la policía sabe de sus acciones. El grupo produce literatura anárquica como panfletos.

Influencia: Theodore John Kaczynski, mejor conocido como el Unabomber, fue un fanático de este libro. Siendo adolescente tenía un ejemplar junto a su cama y se identificaba con “El Profesor”, uno de los personajes, con quien compartía el espíritu anarquista. Gracias a esa idolatría que profesaba hacia “El Profesor”, fabricó dieciséis paquetes explosivos que detonaron en varios lugares. Luego de su detención confesó que había leído la novela una docena de veces y que usaba como alias algunas variaciones de Conrad.

Batman: The Dark Knight Returns (Novela gráfica de Frank Miller)

Argumento: La trama, que transcurre durante una ucrónica década de 1980, narra la vuelta de un Batman quincuagenario a la actividad "para una última limpieza de su amada ciudad de Gotham, convirtiéndose definitivamente en leyenda".

Influencia: Este es uno de los casos más recientes y tiene que ver con James Holmes, de 24 años, quien cometió una de las peores masacres de los Estados Unidos al ingresar a un teatro durante el estreno de la última película de la trilogía de Cristopher Nolan, matar a 12 personas y herir a 50 más. “Soy el Guasón, enemigo del Batman” dijo. Cabe recordar que llevaba el pelo teñido de naranja, recreando una de las escenas de la historieta en que un hombre con el pelo naranja entra a un teatro y empieza a disparar. 

"Asesino que ingresó a un cine inspirado por Batman"


Finalmente podemos concluir que ninguna obra puede ser catalogada como responsable ante las acciones y las interpretaciones que los maniáticos, mencionados en esta entrada, realizaron. Sin embargo, tampoco podemos hacernos los de la vista gorda y negar que los escritores poseemos el don de influenciar con nuestras letras a los lectores. Al fin y al cabo, esa es la meta que queremos alcanzar en nuestro arte.

De ese concepto parte la importancia de identificar y ser plenamente conscientes del mensaje que enviamos al escribir, entendiendo que en muchas ocasiones el lector se siente identificado con los personajes y sus situaciones; se sumerge de pleno en la historia y puede, según su trastorno, tergiversar la realidad.

Un detalle a tener en cuenta es que la mayoría de estos eventos ocurren en Estados Unidos, ya bien sea por su permisivo estilo de vida "Just Do it" , el poco control que se ejerce sobre la consecución y porte de armas, el acceso temprano de los menores a contenidos con alta carga de violencia y sexo, el consumo indiscriminado de antidepresivos y sustancias psicoadictivas, e incluso hay quienes culpan a un sistema de salud con evidentes falencias en la identificación temprana de problemas mentales.

Sea cual sea la causa, lo único cierto es que estos libros, sin quererlo, se han ganado un lugar en el oscuro mundo de los asesinos en serie y psicópatas
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Nueva técnica para escribir diálogos eficaces: el fisgón




Los diálogos son, además de la creación de personajes, uno de los mayores dolores de cabeza para los escritores, quienes sufren, vez por vez, la desdicha de narrar estos momentos sin naturalidad, como si fuesen robots. 

La clave para escribir diálogos y que estos se sientan reales para cualquier lector es sencilla: escuchar a las personas mientras conversan. No necesitas recurrir a ninguna estrategia, manual o guía, pues aunque no lo creas, las personas del común no hablan como en los novelones del canal corazón ni como en el WhatsApp. No. Ellos charlan sin metáforas, poesía ni SMS. Por lo tanto, antes de empezar a conocer de esta técnica, borra de tu disco duro la concepción que tienes y prepárate para convertirte en un fisgón literario.

1. Lo primero que debes hacer es buscar un lugar un sitio ojalá concurrido como un café, un parque público o un restaurante (recomiendo que lleves algo de dinero, pues no te permitirán ocupar una mesa sin consumir nada). Bien puedes hacerte con tu libreta de notas, una grabadora de periodista, un teléfono celular con suficiente memoria o agudizar tus sentidos y tu capacidad retentiva. Asegúrate de que en el lugar que escojas te va a resultar fácil escuchar conversaciones de manera discreta y sin necesidad de "estirar el cuello". Pide una bebida y hazte cerca de una pareja o grupo que esté manteniendo una conversación. Fácil.

Qué interesantes conversaciones se pueden escuchar... interesantes.
2. Si llevaste tu libreta de notas, que es lo mejor, transcribe lo que están diciendo. Quizás no puedas copiarlo todo debido a que la fluidez de la charla es demasiado rápida para nuestra pluma, pero recopila por lo menos fragmentos de la misma. Registra todo lo que pueda serte de utilidad, como palabras, frases y hasta las expresiones guturales ¡mmm...!, no te quedes corto con interjecciones como ¡ah! ¡uy! ¡guay!. Ten en cuenta la frecuencia con que repiten algunas palabras y las pausas durante la conversación. Escríbelo todo.

3. Obtén tantas conversaciones o piezas como te sea posible, evitando llamar la atención ni ser tomado como loco, extraño o chismoso. No te preocupes por el tema de la conversación sino concéntrate en la interacción que haya entre los hablantes. Ese es el punto del ejercicio, no importa si el chico convenció a su novia de no haberle sido infiel, importa la forma como lo hizo. ¿Cómo hablan?

Sí, queridos ancianos... y dicen que las chismosas son las mujeres
4. Una vez hayas hecho el ejercicio, te hayan echado del lugar, hayas consumido todo el café del restaurante o te quedes sin dinero, dirígete a un lugar tranquilo. Normalmente todos tenemos ese rincón donde trabajamos y dejamos volar nuestra creatividad. Una vez allí, lee lo que has escrito en voz alta y escoge tu conversación favorita. Esa que supones puedes sacarle jugo y aprender algo.

5. Extiende la conversación. Aquí es importante recordar que debes mantener el estilo del dialogo inicial y no imponer el tuyo. Añádele algún asunto pero asegúrate de que continúen hablando de la misma manera como lo hicieron inicialmente en la cafetería o el parque. Repite este proceso con otras conversaciones.

6. Ahora inventa nuevos personajes basados en las personas que espiaste analizaste. Puede ser una versión directa de alguien o la recopilación de varias personas. No importa. Recréalos en tu mente o hazte una ficha rápida.

7. Narra una breve situación basada en los personajes. Haz que lleguen a un restaurante, café o bar, que pidan algo, hablen, interactúen y se larguen. Describe como se ven y como lo hacen. Para esto recuerda las escenas que analizaste y trata de que sean lo más natural posible. Permite que hablen de un tema determinado. De nuevo, lo importante no es de lo que hablan, es como lo hablan.

Dale que el chisme sirve para escribir buenos diálogos y ganarse fama
8. Escucha las voces en tu cabeza e imagina el tono, la intensidad y el timbre. El tono es lo que clasifica la voz en grave o aguda, la intensidad equivale al volumen, ya sea alto/baja o fuerte/débil y el timbre es ese rasgo que hace diferente cada voz independiente del tono y la intensidad. Es por el timbre que puedes diferenciar la voz de tu madre de la de tu suegra.

Escribe lo que esos personajes, que imaginaste, conversan y no te cohíbas ni te censures a ti mismo. Es un ejercicio.

9. Cuando creas que tienes una conversación completa y agradable, léela en voz alta y mira si hay naturalidad o suena demasiado superficial. 

10. Continua practicando todos estos pasos. Cambia de ambiente. Las conversaciones no son las mismas en un antro de mala muerte que en un funeral (sí, puedes espiar un funeral), ni las personas serán las mismas en una boda a una convención de cómics. Sigue intentando hasta que estés satisfecho con tus diálogos. Aunque no lo creas, la técnica del fisgón es bastante efectiva.

¿Qué te ha parecido la técnica? ¿Ya la conocías? ¿Tienes tu propia técnica? Compártela con nosotros.
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La fórmula final para crear un arquetipo literario

Hola, amigos. Esta semana les traigo un secreto que ha estado oculto a la sociedad por siglos, y que yo, Piper Valca, he recuperado de los confines del mundo para hacer de esta sociedad un lugar mejor.


No preguntes. Por supuesto que soy ese.

He hallado una fórmula, un método para abreviar todo el proceso de creación de personajes de forma práctica y sencilla. Aprende a crear un personaje único e irrepetible partiendo de un arquetipo común y corriente.

Pero antes de arriesgar mi vida dándote a conocer tan valiosa información, despejemos algunas definiciones.

¿Arquetipos o estereotipos?


Empezaré por uno de mis libros más preciados, el Diccionario de la lengua española, fuente de eterno conocimiento y de infinitas modificaciones.

Estereotipo según la RAE: imagen o idea aceptada comúnmente por un grupo o sociedad con carácter inmutable.

Arquetipo según la RAE: modelo original y primario de un arte o una cosa.

También retomaré el articulo ¿CÓMO FUNCIONAN Y PARA QUÉ SIRVEN LOS ESTEREOTIPOS EN LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN? de Elvira Altés Rufias.

Estereotipo según Elvira: Un estereotipo es un enunciado sencillo, una especie de prefabricado mental, un cliché del que se han obtenido un sinfín de copias, un artefacto simbólico que propone explicaciones y creencias, un falso axioma que asegura, por ejemplo, que las mujeres han de ser guapas y los hombres inteligentes, “de los hombres la mente y de las mujeres el cuerpo." 

El estereotipo es una reproducción desvirtuada, una propuesta de significado vacía de contenido. El estereotipo simula poseer las cualidades del arquetipo y por ello disfruta de sus dos características: parece inalterable y encuentra fácilmente el consenso social, pero en realidad, los estereotipos son históricos, se adaptan a cada época y no recogen en absoluto ni una mínima parte de la complejidad que cualquier situación y cualquier persona presenta.

Arquetipo según Elvira: los arquetipos son modelos ideales, históricos, cuyas características devienen esenciales e inmutables, y por eso mismo forman parte del inconsciente colectivo.

Para redondear esta apertura sobre definiciones, traigo a colación las palabras de Robert Mackee, gurú del guión: 

"Las historias arquetípicas desvelan experiencias humanas universales que se visten de expresión única y de una cultura específica. Las historias estereotipadas carecen tanto de contenido como de forma. Se reducen a una experiencia limitada de una cultura concreta disfrazada con generalidades"

Lo expuesto nos lleva a una misma conclusión: los estereotipos no nos sirven, los arquetipos, usados con inteligencia, sí. Los estereotipos son un recurso pobre y nos hacen ver ante los lectores como personas con prejuicios, por lo que su uso podría catalogarnos como sexistas, racistas y demás calificativos que no ayudarán para nada en nuestra carrera literaria.

En mi libro 7 estereotipos de personajes negros que debes evitar, brindo algunos consejos para no caer en ellos.

Entonces ¿Definitivamente no debo usar estereotipos?


¿Estereotipos? ¿Quién dijo estereotipos?

Decirte u obligarte a crear a tus personajes sería coartar tu libertad como escritor y realizar un sesgo a la creatividad literaria. Claro que puedes usar un estereotipo, pero ser cauteloso y audaz para sacarle provecho, pues los estereotipos, a pesar de que digan lo contrario, tienen sus ventajas:

1. Cuando incluimos un estereotipo en nuestra obra no debemos matarnos demasiado la cabeza en su creación, pues es una tarea para nada complicada.

Ejemplo: el típico estereotipo del inspector. Como puedes ver, siempre seguirá siendo el mismo, pipa y saco.

"El detective es un estereotipo bastante común en la literatura a pesar del tiempo"
Agradecimientos por la imagen a CICE La Escuela Profesional de Nuevas Tecnologias

2. Puede ayudar a que el lector se sienta identificado.

3. Al lector no se le dificultará reconocer el perfil psicológico ni las características del personaje, pues ya lo conoce de antemano. Tampoco le será complicado predecir sus acciones y puede sentirse cómodo con él.

4. Son altamente eficaces en la literatura infantil. Los terribles cuentos de los hermanos Grimm son la viva representación de los estereotipos: hermosas, rubias y débiles princesas cuyo destino depende de un también hermoso príncipe. 

Cómo crear un personaje sin caer en el estereotipo

La forma más eficaz y que por lo menos a mí me ha funcionado, es la de reinventar a un personaje o más bien a un estereotipo. Tomamos un cliché y lo convertimos en un ser inolvidable para el lector. A continuación expongo tres ejemplos que explican este proceso.

A continuación, la gallina de los huevos de oro.

La fórmula final para crear un arquetipo 

Suma dos estereotipos que no posean relación alguna y añade una o más características totalmente opuestas. El resultado: un arquetipo genial.

El primer ejemplo es el carismático Dr. House. La formula aparece a continuación.
"La suma de un médico, un detective y un policía da como resultado el arquetipo del Doctor House"
Agradecimientos por la imagen a CICE La Escuela Profesional de Nuevas Tecnologias.
Tenemos un médico, papel que casi nunca falta en ninguna obra, le sumamos la capacidad deductiva de Sherlock Holmes y añadimos la iniciativa investigadora de un policía. Un carácter antipático de ñapa y una adicción a la Vicodina... ¡voilà!... el Dr. House. La antítesis de lo que podría esperarse de un médico. Éxito asegurado.

El segundo ejemplo es el excéntrico Jack Sparrow, de Piratas del Caribe.

"La suma entre un pirata, un payaso y una persona excéntrica da como resultado al loco Jack Sparrow"
Agradecimientos por la imagen a CICE La Escuela Profesional de Nuevas Tecnologias.

El estereotipo del pirata sumado a un payaso y a una personalidad excéntrica, da como resultado al reconocido Jack Sparrow. Bueno, añade un ligero balanceo de borracho y locura.

Si el estereotipo inicial se te dificulta un poco, también se pueden tomar personajes predefinidos para moldearlos, mezclarlos y dar vida a una nueva criatura, lejos del estereotipo inicial.

"La suma de Homero Simpson, un médico y un cangrejo da como resultado al Doctor Zodlberg"
Agradecimientos por la imagen a CICE La Escuela Profesional de Nuevas Tecnologias.
Homero Simpson más un médico y un cangrejo... el Doctor Zodlberg.

Como se explicó en la entrada ¿Los personajes son marionetas sin pasado, presente y futuro? No. Alguna vez fueron seres humanos, la mayoría de personajes memorables y de impacto provienen de un arquetipo definido con algunos retoques, defectos y cualidades que lo definen.

Como han visto, he puesto como ejemplo personajes de series de televisión, dibujos animados y el cine. He aquí un par de la literatura conocida para facilitar la comprensión de la fórmula:
"La suma de un enano, más un deforme y un genio da como resultado a Tyrion Lanister"
Tyrion Lannister, un enano sumado a un ser deforme y a un genio. Martin le añade una actitud sarcástica, una adicción a las prostitutas y dos hermanos incestuosos... un cóctel explosivo.


"La suma de un emo, un hacker y Sheldon Cooper da como resultado al personaje Lisbeth Salander de Millenium"

Lisbeth Salander, de la trilogía Millennium, una chica emo que sufre Síndrome de Asperger y es también pirata informático. Sin contar que es bisexual, posee memoria eidética y una serie de traumas de su juventud

Para terminar, no importa que sistema uses para crear a tus personajes, si usas un estereotipo, evita que este resulte ofensivo para alguien. Lo más importante es...


Evita el plagio de personajes. Sé original. Tus lectores lo agradecerán

"Comparación entre los personajes de Padre de Familia, American Dad y el Show de Clevenlad"
Imagen extraída de tvtropes.org

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