La tan temida, odiada, perseguida, obvia, difícil, esquiva, costosa, borrosa, monocromática, necesaria, innecesaria y en ocasiones autoretrática (sí, la acabo de inventar y no me arrepiento) fotografía de autor. Esa que nos quieren meter a la fuerza y a la que le hacemos el feo, pero que está allí, como el payaso aquel en una alcantarilla.
Pero, ¿es en verdad importante la foto del autor?