Noviembre es especial por muchas razones. Se celebra el cumpleaños del Monstruo de las Galletas; se celebra el día del sándwich, de las donas, de los dulces, del pan hecho a mano; este noviembre Donald Trump podría ser presidente; se celebra el día del baloncesto, el día de los rayos X y hasta el día de quedarse en casa sin estar enfermo. Pero lo más importante es que es el Mes Nacional de la Escritura de Novela, que en pocas palabras significa… NaNoWriMo. Escribir una novela en 30 días.
Ojo, no hablo de esos pocos, extraños y legendarios personajes que sí escriben. Esos que dedican día a día de su vida al arte sobre una rutina establecida. Para ellos este mes es como cualquier otro mes del año: un reto. Para este reducido grupo participar no cambiará en nada sus vidas. No. Estoy hablando de los que como yo aún no nos decidimos a dar ese primer paso sobre la luna. Damos vueltas y vueltas sobre el transbordador espacial y de vez en cuando nos asomamos a ver la superficie del satélite diciendo que somos astronautas. Esos que escribimos un cuentico de vez en cuando y que poseemos el secreto para ser un un nobel pero que por alguna extraña razón no lo compartimos ni lo usamos. Esos que desde hace unos días le venimos sacando el cuerpo al NaNoWriMo.
Esta entrada va dedicada a los seudoescritores. A los que han permitido que su «yo negativo» tome el control. Un yo que justifica el por qué no han alcanzado sus objetivos y que siempre tienen un pretexto, bastante convincente por cierto, para huir al reto de escribir durante 30 días 50.000 palabras. Va dedicada a ese Piper Valca, representante de una mayoría que dice ser escritor pero en realidad no escribe. Solo habla.
Esta entrada va dedicada a los seudoescritores. A los que han permitido que su «yo negativo» tome el control. Un yo que justifica el por qué no han alcanzado sus objetivos y que siempre tienen un pretexto, bastante convincente por cierto, para huir al reto de escribir durante 30 días 50.000 palabras. Va dedicada a ese Piper Valca, representante de una mayoría que dice ser escritor pero en realidad no escribe. Solo habla.
Las razones que daré a continuación no son excusas. Son las explicaciones que soportan tu decisión de no participar del NaNoWriMo.
No tienes tiempo
Seamos honestos, eres de esas personas de la nueva generación. La que apenas tiene tiempo para levantarse a las diez de la mañana, desayunar y sobrevivir a la jungla del siglo XXI. Tienes una agenda demasiado apretada como para agregarle una responsabilidad que no tiene razón de ser. Debes verte la nueva temporada de The Walking Dead, participar en cuanto foro de Marvel y Harry Potter existe, revisar las redes sociales cada cinco minutos, dormir un rato, dormir otro rato y ver el atardecer desde una montaña mientras lloras tu falta de tiempo. Eres tan ocupado que no concibes cómo escribir 1667 palabras cada día. Eso es para los desocupados. No para ti. ¿Procrastinar? Ni cuando estabas en el útero de tu madre lo hacías.
Ya lo intentaste antes y no te fue bien
De las experiencias se aprende. Como cuando participaste en la clase de química y te equivocaste. Jamás volvieron a escuchar tu voz. Si el año pasado te pusiste de atrevido en el NaNo y apenas lograste llegar a la mitad, no hay razón para volver a pasar por ese mal rato. No. Tu ser deseoso de autoestima no permitirá una frustración más. Quizás es mentira eso de que se alcanza a llegar a las 50.000 palabras en un mes. Igual, te puedes dar por bien servido con la experiencia, pues como dice un técnico de fútbol en Colombia: perder es ganar.
Para el próximo año
Estás joven y con toda una aventura por delante. ¿Por qué complicarte ahora la vida con pequeñeces como eso del NaNoWriMo? Si no has participado en los años anteriores no hay afán de hacerlo este. Quizás para el próximo te sientas más motivado o lo que sea que pase por tu cerebro. Un año más, un año menos. Que se jodan los que están esperando desde hace siglos la publicación de tu aclamada pero efímera obra maestra. Que se jodan hasta noviembre del 2017… o del 2018. Un año más, un año menos.No escribes bajo presión
Es verdad. Nada más incómodo que plazos y tiempos para escribir. No es natural del proceso de escritura. Nada mejor que sentarse a hacerlo cada tres días, después de que ponga la vaca entre el solsticio de invierno y el de verano. O cada que se cae la Internet y no hay Netflix ni televisión por cable. ¿Y qué si no escribes más que cinco renglones en cada sentada? Hay veces en que no fluyen las ideas y no se puede presionar a la musa. Es la ley de la escritura. Sentarse debajo de un árbol a esperar ese chi interior que te impulsa a escribir. ¿30 días para escribir? Pamplinas. ¿Escribir obligado? Jamás.
Eres demasiado bueno para eso
Has analizado el NaNoWrimo y has comprendido una de los mayores secretos de este reto anual: se valora la cantidad y no la calidad. ¿Tú, el escritor del momento en tus sueños, escribiendo algo de escaso valor literario? Jamás. Qué pensarán los 1.5 K seguidores de Twitter. Además, si escribes a la carrera después vendrá el tormentoso proceso de edición y no estás para eso. Cada letra que eyacule tu lápiz debe valer oro puro y no te puedes permitir participar en un reto que solo busca exigirte al máximo para tener que pasar el doble del tiempo borrando y reescribiendo. ¿Hay alguna lógica en eso? Ninguna. Que editen los editores que se lucrarán contigo. Tú escribes.
¿No te gustó? Entonces, escribe |
Quizás te estás imaginando que eso no sucede contigo y que no lo haces porque no te da la gana, no te llama la atención o no te sientes motivado. No importa, cada quien es libre. Sin embargo, debes tener presente varias cosas: las redes sociales no te harán escritor, los libros sobre escritura, motivación y mercadeo no te harán escritor, leer montañas de libros no te hace escritor. Eres tú y solo tú. Tan solo venciendo a ese monstruo interno lo lograrás. Es fácil. El secreto para ser escritor es simple, siéntate a escribir y lo descubrirás.
Y si te decides de una vez por todas a participar del NaNo, que la rutina se arraigue en tus entrañas y sientas el deseo de escribir los doce meses del año. No solo en noviembre, recuerda que en este mes también cumple años el Monstruo de las Galletas.
Gracias Piper, me has dado una leccion inolvidable. Me es dificil controlar ese monstruo interior del que hablas. Siento un miedo intolerable, pero al mismo tiempo tambien me siento terriblemente frustrado por no escribir. Como una culpa intolerable, vaya una pena infinita que me acosa sin darme tregua. Tambien soy de los que empiezo trabajos como poesia y cuento y jamas los termino. Gracias por tu consejo, a buena hora.
ResponderEliminarHola Joseph.
EliminarQué bueno que te gustó la entrada y te cayó como anillo al dedo. Sea la situación que estés atravesando, no permitas que la presión te agobie. Al principio quizás escribas por obligación, pero después verás que se convierte en una necesidad. No podrás pasar un momento sin sentarte a escribir. Espero que este y todos los consejos que están aquí plasmados te ayuden a mejorar.
Toda una lección, Piper. Yo también he aplazado muchas veces mis relatos y novelas por tonterías. A veces, es difícil perder el miedo de enfrentarse al papel en blanco. Nunca he participado en el NaNoWriMo. Me enteré el año pasado de que existía. De todas formas, como bien dices, cuando consigues hacerte con una rutina, todos los meses son NaNoWriMo. Últimamente me cuesta escribir (llevaba unos meses sin hacerlo), pero sé que en cuanto cojo el ritmo, puedo mantenerlo sin problemas. ¡Intentaré no ponerme excusas esta vez!
ResponderEliminarHola, Noemí. Esta ha sido una gran lección incluso para mí. A diario me recuerdo que debo escribir y me pongo en esas.
EliminarHola.
ResponderEliminarEs cierto, bueno yo nunca he participado en un NaNoWriMo pero hay algo parecido que me sucedió, y por supuesto es la verdad.
Hace tiempo, en Fanfiction, me anote a una convocatoria de un fanfiction (era al inicio cuando no tomaba en serio la escritura) el plan era hacer un trabajo sobre un tema especifico, limite de tiempo eran de tres meses si no mal recuerdo y pues lo vi fácil.
Estaba muy emocionada y cuando llego la hora de escribir... nada. No puse objeción me dediqué a mi rutina habitual, luego el trabajo etc. Pero a una semana me di cuenta que tenía el tiempo encima. El final es que lo termine en un día lo publique y aun sigue ahí. Pero el resultado fue desastroso. Faltas de ortografía, de gramática, errores de puntuación mala redacción etc etc etc...
Cada vez que lo veo me planteo al menos siete formas de corregirlo, de reescribirlo, de editarlo etc etc.
Lo deje ahí por que lo quiero como una lección de no volverlo a hacer...
Hola, Cinthya. Cómo estás. Es una pena que no hayas participado hasta la fecha del Nanowrimo, pero como comento al final, lo importante es lograr el hábito de la escritura. Yo soy un fiasco y hay días en los que no escribo ni jota, pero cuando me propongo, agarrénme.
EliminarY en cuanto al libro que dices haber publicado, sería un gran ejercicio retomarlo y reeditarlo, quien dice que no sea una obra de arte escondida.
Mi piace! Fantastico articolo.
ResponderEliminarMuchas gracias!!!
EliminarMi experiencia es que, la única vez que escribí una novela en 30 días, el truco estaba en que, cuando empecé oficialmente a escribir ese tomo, llevaba adelantados, a lo largo de los años, tres cuartas partes de los capítulos que componían ese tomo de la saga. Empezar de cero una novela para escribirla en sólo 30 días raramente sale bien. También me dice la experiencia que una novela no se mide por el número palabras de la historia escritas sino por todas las que se planifican, se piensan, se reflexionan, se anotan, se sienten, se investigan, se preguntan y se responden. Si miro lo último que he escrito de mi novela a nivel de texto de la historia, sería el mes del 24 de septiembre al 24 de octubre, he escrito 14.000 palabras en 60 páginas. Si miramos las de ideas, la última es del 2 de noviembre. Hasta el 1 de septiembre (El 2 y el 3 de noviembre no escribí) serían 14.378 palabras en 35 páginas, y no se mira el tiempo consultando diversas webs, añadiendo a los agradecimientos numerosas citas, expandiendo la cronología y los personajes con nueva información porque esos datos se consideran aparte. Escribir tantas palabras en un mes no permite dejar reposar el pensamiento. No se trata de escribir unos pocos renglones cada vez sino tener espacio personal y tiempo para dedicar a cada parte la atención adecuada.
ResponderEliminarYo escribo los doce meses del año. El tema está en qué peso disponible se le puede dar, porque no se vive de ello, y si realmente tiene sentido escribir desde el agobio sin dejar espacio a la artesanía. Ya no es sólo la cuestión de hacerlo mejor o peor y corregir más o menos. Es el dar tiempo a un proceso que requiere de esfuerzo y atención. El mejor corredor de atletismo de obstáculos no es el más rápido sino aquel que saber ir a la velocidad justa para superar a todos los que se frenan por no lograr saltar adecuadamente los obstáculos.
ResponderEliminar