Si dedicara esta entrada a describir el sinnúmero de adjetivos que giran alrededor de la escritura podría quedarme corto, pues la libertad que sentimos cuando estamos frente al computador o frente a una hoja de papel no se puede explicar. Es simplemente placentero y hasta catártico. Sin embargo, esa libertad puede ser un arma de doble filo y llevarnos a pisar en terreno peligroso, en suelo húmedo... y caer.
¿Vas a empezar con la censura, Piper? preguntará más de uno al ver en un mismo párrafo las palabras escribir, libertad, sin embargo y peligroso.
No, hablaré desde mi experiencia como lector de sensibilidad, lector ocasional y hombre negro que disfruta de la televisión y del cine. Hablaré de la explotación de la tragedia.
Pero, ¿qué es la explotación de la tragedia? Como dicen mis amigas de Writingwithcolor, significa explotar escenarios que denominamos tristes o terribles (el holocausto y la esclavitud, por ejemplo), escribiendo sobre ellos una y otra vez con fines de lucro. En la mayoría de los casos, se escribe exclusivamente sobre el dolor de un grupo porque creemos que la narrativa más valiosa es la más dolorosa.
Si creen que exagero los invito a seguir el debate que levantó Pérez-Reverte sobre las historias ambientadas en los campos de concentración nazis. Más allá de si fue voluntario o no su deseo de crear controversia, Auschwitz, Mauthausen y Treblinka son momentos dolorosos de nuestro pasado que los escritores usan y sobreexplotan como trasfondo para sus novelas. Saben que nos gustan las historias trágicas, los romances que se abren paso entre la muerte y que adoramos sentirnos identificados con los que sufren. Podemos estar seguros de que seguiremos leyendo este tipo de dramas por mucho tiempo.
Dejando a Reverte a un lado, durante el 2018 realicé algunos encargos como lector de sensibilidad para varios escritores y me sorprendió que las constantes al momento de trabajar con personajes negros fueron, entre otros, el racismo y la esclavitud. Tragedias de la historia negra.
Sabemos que la discriminación hace parte de nuestras vidas, pero pocas veces esta es reflejada con la gravedad y la seriedad que se merece. En muchas novelas, relatos, películas y series, la tragedia es un triste trasfondo, un paisaje usado para embellecer la trama, para levantar héroes que darían la vida por los mas desprotegidos, hermosos caucásicos capaces de enfrentarse a los racistas porque los pobres negros no pueden hacerlo, desinteresados colonizadores que enamoran a exóticas indígenas para salvarlas del salvajismo en el que han crecido. En resumen, explotar la tragedia es la excusa perfecta para que los autores se sientan bien consigo mismo y satisfagan su complejo de blanco salvador, del que hablaré en el siguiente artículo (sí, esta situación no solo se presenta al viajar y tomarse fotos en África o Sudamérica, también ocurre cuando escribimos ficción).
A estas alturas te estarás preguntando el por qué insinúo que los autores no deberían escribir sobre temas como el holocausto o el racismo. Simple, porque son experiencias que con seguridad no has vivido, y sabemos lo complicado que puede ser escribir sobre el otro. Aunque las historias trágicas son inspiradoras, es poco probable que un hombre blanco escriba sobre racismo o esclavitud sin caer en prejuicios, errores y hasta en romantizaciones perjudiciales.
De todas formas, como la literatura es un arte universal y nadie debe prohibir a nadie escribir sobre lo que desee, por lo menos tómate la tarea de investigar antes de empezar. Piensa que tu idea de la esclavitud o de lo que es el racismo en el colegio, difiera mucho de lo que en verdad vive una persona negra.
De todas formas, como la literatura es un arte universal y nadie debe prohibir a nadie escribir sobre lo que desee, por lo menos tómate la tarea de investigar antes de empezar. Piensa que tu idea de la esclavitud o de lo que es el racismo en el colegio, difiera mucho de lo que en verdad vive una persona negra.
No obstante, la explotación de la tragedia incluye, además, los siguientes tópicos (algunos ni yo me atrevería a tocarlos):
-La esclavitud (no solo de personajes negros, incluye indígenas y cualquier otra etnia).
-Temas relacionados con la colonización (ya sean escenarios reales como la colonización de América y Gran Bretaña sobre la India o ficticios).
-Genocidio
-Segregación (cualquier tipo de segregación, como en el apartheid o la segregación de los 50 en Estados Unidos).
-Guerras y refugiados.
-Inmigrantes documentados e indocumentados (históricos y modernos, no solo en Europa).
-Tráfico (humano, cultural, etc).
-Romances prohibidos (entre judíos y nazis, esclavizadores y esclavos, ocupantes japoneses y prisioneros chinos, nativos y colonizadores).
-Romances interraciales
-Historias de identidad (racial, religiosa, sexual, etc).
-Historias que involucren masacres y lucha, como mujeres indígenas desaparecidas y asesinadas, altas tasas de suicidio u homicidio en comunidades negras, enfermedades crónicas, pobreza, etc.
-Historias de activismo o rebelión de personajes negros.
Ejemplo de historia de identidad escrita por persona negra |
Los tópicos que acabo de enumerar son historias basadas en el sufrimiento de grupos desfavorecidos que nos obliga a cuestionarnos si el mundo no ve un valor en las narrativas de personas negras a menos que haya un grado desproporcionado de sufrimiento involucrado.
Para terminar, no estoy diciendo que no se pueda escribir sobre estos temas, pero si en lo primero que piensas cuando representas a personajes negros en tus historias es en esclavitud, en refugiados, colonización y racismo, entre otros, detente, analiza la situación y empieza a trabajar para vernos fuera de nuestro sufrimiento.
Es lo menos, no sigas perpetuando nuestro dolor.
¿Qué te pareció la entrada de esta semana? ¿Alguna vez has pensado en la explotación de la tragedia en tus historias? La próxima semana complementaremos este tema con el Complejo del blanco salvador en la literatura. Espero les sea de utilidad.
Hola.
ResponderEliminarPasó por aquí para ser sincera.
Me gustan las historias que explotan la tragedia, me gustan los romances intercultural (Busca. Eleonor y Park. Bella historia juvenil de amor y lo entenderás)
Esas historias a mi me dan esperanza en la humanidad ¿Por qué? Fácil. Esas personas pudieron ser mis familiares, mis antepasados. Gente que no conozco, pero que mediante las palabras de otras personas podré conocer su historia y una pequeña parte de su personalidad.
Esas historias no será perfectas. Tendrán sus puntos flojos. A todos no le gustara.
Pero a mi sí.
Y sí a sólo una persona le gusta lo que leé, esa historia ha trascendido y vale la pena.
No digo que con esto apoye la discriminación y el racismo. NUNCA ESTARE A FAVOR DEL MALTRATO.
Obviamente creo que los escritores deberían investigar sobre lo que estan contando, para hacerlo más creíble y poder empatizar con los personajes a fin de no caer en prejuiciosos y demás (Yo, personalmente, investigue bastante sobre Roma, Italia, cuando tuve que hacer mi historia. Sobre los Ni-Ni y, dentro de un tiempo, me tocará investigar sobre México).
Esas novelas/ cuentos narran historias maravillosas donde la heroína o el héroe es un ser que (a mí) da esperanza de un mundo mejor. Sin contar su color de pie.
Porque un héroe es una persona admirable, sea negro o blanco.
Si no, fíjate en Megamente :-)
¡Saludos!
Hola. Me tienes haciendo una maratón por los artículos del blog ja, ja, ja. Te doy mil gracias por tomarte el tiempo para leer y comentar, Damiana. Te cuento, el problema no es como tal que se aborden estos temas, el problema radica en lo mal que lo hacen. Solo para vender, como un mero trasfondo para la historia y sin investigación adecuada. Esto acarrea graves consecuencias como que se romantice la esclavitud o la pobreza, que esos terribles problemas se solucionen de formas simples, como por ejemplo, con el amor o que se vanaglorie al salvador y se deje a un lado al que sufre los problemas sociales.
EliminarEscribir sobre la tragedia no está mal, explotar la tragedia para su beneficio, sí que lo está.
Besos y muchas gracias, de nuevo. Si tienes alguna duda no esperes y escríbeme o, como estás haciendo, por aquí en el blog