Diversidad y representación en la literatura

Cómo crear personajes con trasfondo trágico o traumático




Así que deseas construir una historia de fondo para tu personaje que explique el por qué su comportamiento, carácter y personalidad. A lo mejor te has inspirado en Batman para sostener que un evento traumático ocurrido en el pasado puede convertirte en un justiciero o te parece interesante cómo algunos de los mejores personajes han sufrido situaciones que repercutieron en lo que son ahora en día. 

¿Buscas dotarlo de un trasfondo que explique las razones que llevaron al personaje a ser lo que es ahora? 

¿Deseas que los lectores sientan lastima por el personaje? 

¿Buscas darle una excusa para justificar sus acciones?

La única razón que justifica el trasfondo trágico es explicar el por qué es ahora de esa manera. Si tus razones son alguna de las otras dos preguntas, replantéate. No eres su abogado.

Si no crees el gran error de no tener claro este concepto, te voy a dar un ejemplo: cuando conocimos a Hannibal Lecter quedamos fascinados con el espléndido personaje y sus extraños gustos gastronómicos. Durante los 3 primeros libros/películas se nos regaló a un hombre misterioso, por lo que en Hannibal: el origen del mal, su autor intentó explicarnos la razón de su comportamiento. Resulta que cuando Hannibal era niño sus padres fueron asesinados y su hermana fue preparada en un delicioso guiso que Hannibal comió sin saberlo. Al parecer el chico jamás se recuperó de lo sucedido y eso lo convirtió en el personaje maléfico que conocemos. ¿Creíble? ¿Justificable? ¿Merecía Hannibal Lecter perder el misticismo y la elegancia de esa manera?

He aquí la explicación del por qué incluir el trasfondo es algo serio que no puede tomarse a la ligera.

En una entrevista, Thomas Harris, el autor, dijo que escribió Hannibal: el origen del mal por temor a que otro la escribiera. Esta y algunas contradicciones demuestran que la precuela era total y completamente INNECESARIA. Hannibal era perfecto tal y como estaba.

Un asunto que deseo aclarar antes de continuar es que este tema no tiene nada que ver con Trastorno por estrés postraumático en la ciencia ficción y fantasía, aunque estén relacionados. En la entrada sobre estrés postraumático nos enfocamos en el cambio y el desarrollo evolutivo de los personajes a medida que hacen frente al trauma. En éste hablaremos de cómo aplicar el trauma al trasfondo o historia de los personajes. Por lo tanto, vamos con las leches.

¿Cuánto trauma necesita en realidad tu personaje?

Ya te has decidido por hablar sobre el trauma, ahora pregúntate cuántas dificultades o situaciones debió pasar el personaje para llegar a ser el que has creado. ¿Es necesario que haya sido encadenado por sus padres en el sótano o basta con algunas golpizas? Este es un momento importante y una decisión trascendental para la credibilidad de la historia.

Si se peca por un trasfondo demasiado débil puede suceder que los lectores se digan: ¿Pepito es un asesino en serie porque no logró superar que sacaran del aire la serie Friends? O llegar al otro extremo con: vaya, Pepito fue abusado sexualmente por todos los niños del colegio, sus padres murieron en su segunda luna de miel y para colmo fue desfigurado por un pitbull en la fiesta de graduación, con razón quiere dominar al mundo.

Encontramos un trauma débil con consecuencias terribles y un trauma horrible con consecuencias estúpidas o no relacionadas. Debemos saber equilibrar el trauma. Ese trasfondo debe ser conciso y útil, de lo contrario no lo incluyas.

De todas formas no está mal recordar que las formas más pequeñas y sutiles de abuso o trauma tienen potencial para desarrollar un gran impacto en los lectores sin necesidad de irte a los extremos.

En la última película de Charlie y la fábrica de chocolates, vemos como el padre dentista de Willy Wonka le prohibió comer dulces, lo que ocasionó una obsesión en el chico. Willy Wonka terminó rebelándose y formando un imperio alrededor de los dulces.

He aquí un trauma que a simple vista no es demasiado fuerte pero que desde el nivel ficción es bastante creíble y da forma al personaje.

Ahora hablemos de Erick Lehnsherr o Magneto, de los Hombres X. Es un chico judío que debió sobrevivir al Holocausto Nazi. Eso por sí solo ya es terrible. Luego su hija muere en un incendio por una chusma y su esposa lo abandona. Erick creció enojado con el mundo, llevado por la idea de que el ser humano destruye lo que considera diferente. Por esta razón hará lo que sea necesario con tal de defender a los mutantes. Un trauma terrible de consecuencias terribles, pues todos sabemos los alcances de Magneto.

Sin embargo, no todos los traumas deben ser tan evidentes. Por ejemplo, los primeros años de Harry Potter transcurren en casa de sus tíos, solo y maltratado por estos, por lo que no debe sorprendernos la total falta de respeto del chico hacia los adultos. Vemos que para Harry el respeto se debe ganar (No estoy criticando a Harry Potter, solo dando algunos ejemplos). Por otro lado, Percy Weasley creció haciendo frente a la burla y humillación de su familia, en especial de su padre, por lo que vemos como trata de distanciarse de la reputación de su familia asociándose con figuras más “respetables”.


Sí, ser friendzone causa los peores traumas
Entonces, mi querido escritor, ten presente el nivel del trauma que necesita ese personaje. Aunque te voy a dar una clave: padre abusivo y ebrio da pie para mucha historia.

El trauma no debe absorber la historia, al lector ni a los demás personajes

Pues eso, aunque varía de persona a persona, el ser humano posee una capacidad limitada para preocuparse por la angustia de tus personajes y esta capacidad disminuye cuando hay otras tramas o situaciones, por lo que debes evitar estar trayendo a colación el trauma del personaje cada dos párrafos.

Arrastrar la angustia por mucho tiempo puede dar a entender que lo que buscas es llamar la atención sobre ese personaje y que el lector sienta simpatía por la lástima que despierta. Vamos, es un trasfondo, no queremos verlo revolcarse en su miseria por centenares de páginas. Por ejemplo, si esa angustia se prolonga durante el crecimiento del personaje, sin que este intente hacerle frente o por lo menos tratar de seguir adelante, terminaremos hartando al lector.

¿Y cómo deben reaccionar los demás personajes ante el quejica? Estoy seguro de que más de uno estará dispuesto a financiarle la visita al psiquiatra con tal de quitárselo de encima. Por eso es importante establecer un límite y alcance al trauma y sus consecuencias. ¿O acaso vemos a Batman llorando día y noche por la muerte de sus padres?

No todo debe estar ligado al trauma

Aunque el pasado trágico y traumático ayudó a forjar lo que es el personaje hoy en día, las personas del mundo real no están todo el día haciendo cosas que se relacionan con este evento. Analicemos, Batman no sería Batman sin la muerte de sus padres, pero antes de convertirse en el murciélago llevaba una vida independiente y no ligada a esto como Bruce Wayne. Debes tener presente que el trauma marcó al personaje y le dio un carácter, pero debes darle mejor forma o se quedará estancado en este aspecto.

El trauma o la tragedia debe tener sentido

En este universo y en cualquiera que hayas creado debe existir una dosis de plausibilidad y concordancia, pues no puedes irte por las ramas al explicar las razones por las que cierto personaje actúa así.

Hablemos de Gaara, de Naruto. Su madre falleció al darlo a luz, fue odiado y temido por todos los de su aldea; su tío, la única persona en quien confiaba, intentó matarlo por orden de su propio padre, Gaara nunca duerme y lleva un demonio en su interior desde que estaba en el útero de su madre. ¿Sorprende su comportamiento asesino? No, lo sorprendente es que finalmente Gaara no es ni tan mala persona. Quien no conozca sobre este anime quizás piense que es un exceso de trauma y tragedia, pero cada uno de estos eventos posee un sentido y una razón. No están allí por casualidad.

Ahora hablemos de la película Batman vs. Superman. Alexander Luthor Junior es ese personaje odiado por la mayoría de fanáticos que planea el enfrentamiento entre los dos superhéroes. Resulta y pasa que su padre era un idiota abusivo escondido bajo la fachada de buen padre de familia. Resumiendo, para el chico Lex, Superman desafía las creencias de que cualquier persona con poder no puede ser verdaderamente desinteresado e inocente. ¿En serio? Es todavía mejor que su excusa en la Edad de Plata. Luthor culpa a Superman por un experimento fallido que lo hizo calvo.



O no me vengas con la excusa de que tu personaje es un maniático loco porque su padre le dio un par de correazos tras emborrarse (sí, ya sé que dije que era un buen trasfondo, pero no usado a la ligera)


La experiencia traumática desde la psicología positiva

Incluyo esta parte para reforzar que no todos los personajes, al igual que las personas, viven el resto de su existencia con el acecho del trauma a su espalda. Algunos suelen resistir con insospechada fortaleza los embates de la vida, e incluso ante sucesos extremos hay un elevado porcentaje de personas que muestra una gran resistencia y que sale psicológicamente indemne o con daños mínimos del trance. La Psicología Positiva recuerda que el ser humano tiene una gran capacidad para adaptarse y encontrar sentido a las experiencias traumáticas más terribles, capacidad que ha sido ignorada por la Psicología durante muchos años. Por esta razón no todos los personajes que hayan vivido situaciones o eventos trágicos deberán aparecer con ese tipo de personalidad

Trastorno retardado

Algunas personas expuestas a un suceso traumático y que no han desarrollado patologías en un primer momento, pueden hacerlo mucho tiempo después, incluso años más tarde. Sin embargo, la aparición de este tipo de casos es infrecuente.

Recuperación

Desde la Psicología tradicional se ha tendido a ignorar el proceso de recuperación natural, que, si bien al principio lleva consigo la experiencia de síntomas postraumáticos o reacciones disfuncionales de estrés, con el paso del tiempo se desvanecen. Los datos apuntan a que alrededor de un 85% de las personas afectadas por una experiencia traumática sigue este proceso de recuperación natural y no desarrolla ningún tipo de trastorno

Resiliencia o resistencia

La resiliencia (del inglés resilience) es un fenómeno ampliamente observado al que tradicionalmente se ha prestado poca atención, y que incluye dos aspectos relevantes: resistir el suceso y rehacerse del mismo. Ante un suceso traumático, las personas resilientes consiguen mantener un equilibrio estable sin que afecte a su rendimiento y a su vida cotidiana. A diferencia de aquellos que se recuperan de forma natural tras un período de disfuncionalidad, los individuos resilientes no pasan por este período, sino que permanecen en niveles funcionales a pesar de la experiencia traumática.

Este fenómeno se considera inverosímil o propio de personas excepcionales y sin embargo, numerosos datos muestran que la resiliencia es un fenómeno común entre personas que se enfrentan a experiencias adversas y que surge de funciones y procesos adaptativos normales del ser humano.

Crecimiento postraumático

Otro fenómeno olvidado por los teóricos del trauma es el de la posibilidad de aprender y crecer a partir de experiencias adversas. Como en el caso de la resilencia, la investigación ha mostrado que es un fenómeno más común de lo que a priori se cree, y que son muchas las personas que consiguen encontrar recursos latentes e insospechados en el proceso de lucha que han tenido que emprender. De hecho, muchos de los supervivientes de experiencias traumáticas encuentran caminos a través de los cuales obtienen beneficios de su lucha contra los abruptos cambios que el suceso traumático provoca en sus vidas.

Consejos al momento de introducir un evento traumático como trasfondo

1. El trauma no debe ser solo atribuido a los villanos o personajes antagónicos, como estamos acostumbrados. Cualquier personaje, independiente de su importancia, puede llevar un trasfondo trágico que lo impulse a actuar de x forma.

2. El trauma o tragedia no está allí para darle forma al personaje ni ayudar en su desarrollo. Nunca sustituirán el proceso de crecimiento de los personajes. Ten presente esto.

3. No uses el trauma como excusa para el comportamiento del personaje. Recuerda que lo usas para explicar su pasado.

4. No uses el trauma para ganar simpatía hacia un personaje. A pesar de que sabíamos que Snape fue humillado por James Potter y compañía no cambió nuestra percepción de lo malévolo que era con los estudiantes.

5. Si tus personajes actúan de alguna forma no busques atribuirlo siempre a un evento trágico de su pasado.

6. Ten presente la resiliencia y el crecimiento postraumático para con otros personajes que quizás hayan vivido la misma situación del personaje con el trasfondo.

7. No sueltes de golpe en los dos primeros párrafos el evento traumático. En ocasiones es mejor mantener esta información oculta y ser audaz al soltarla. Usa flashbacks o situaciones que vayan dando forma a ese pasado. Los lectores lo agradecerán.

8. En ocasiones, sentarse a crear estos eventos trágicos da pie a nuevas historias. Depende de tu creatividad.

Personajes con trasfondo traumático:

El listado es tan largo que tendría que abrir una entrada solo para dar abasto:

Holden Caulfield de El guardian entre el Centeno.
Muchos de Juego de Tronos: Sandor Clegane, Petyr Baelish, la misma Cersei Lannister, Twyin Lannister, entre otros.
Muchos personajes de historietas: Batman, Joker, Harvey Dent, El Acertijo, Duende Verde, Octopus.
Anakin Skywalker
Sindrome de Los Increibles
Nick Wilde, el zorro de Zootopia
Megamente
Humbert de Lolita
La tía Petunia, de Harry Potter y el mismo Snape
Lisbeth Salander, de La chica del dragón tatuado

Y hasta el mismo Mr Burns de los Simpsons. El malvado millonario no siempre fue así. Aquí vemos cómo fue su pasado y el terrible momento que partió en dos su vida.



¿Qué te pareció la entrada? ¿Alguno de tus personajes merece un pasado traumático? ¿Has obviado esta situación?

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16 comentarios:

  1. ¡Me ha encantado esta entrada! Está muy elaborada y los consejos son muy buenos. Es cierto que no se debe jugar a la ligera con el pasado de los personajes para crear un trasfondo. Cada uno necesita el suyo pero no siempre tiene que ser un gran trauma, sino que basta con que explique por qué el personajes es en la actualidad tal y como lo conocen los lectores. Asimismo, como bien has dicho, el trauma no debe sustituir la evolución del personaje. Los ejemplos me han parecido estupendos, así que sólo puedo felicitarte por este artículo.
    ¡Un abrazo!

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    1. Hola, Noemí. El último personaje de mi novela actuaba conforme a una situación de su infancia, pero he ido soltando algunas pistas para darlo a entender. Es muy útil. Gracias por pasarte y dejar tu mensaje, chula

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  2. Gracias por la entrada. En efecto, hace falta tener un criterio a la hora de dar a los personajes una identidad y jugar con los traumas de una determinada manera, no a lo loco. En mi novela, tenemos al personaje de Nick, cuyo trauma le afecta en tanto que provoca que su situación familiar sea diferente a la de la mayoría y opte, concienciado acerca de las consecuencias del fanatismo y las sectas destructivas, siguiendo en contacto con el policía que desarticuló la secta destructiva donde creció, opta por seguir su ejemplo y tiene dificultades para marcar su identidad familiar y miedo a la corrupción y a ser capaz de manipular a otros, pero sus actos van más allá de eso. Nick vive su vida como un tipo de gimnasio que tiene ecos frikis, que lo cortés no quita lo valiente, y una habilidad lingüística, potenciada por su pasado, a las que no da excesiva importancia; su papel es la infiltración y ayudar a otros, pero su vida es algo más que eso.

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  3. Otro que desarrollé, especialmente, pasados varios tomos, fue el personaje de Erlin Farnsworth. Es un personaje marcado por varias tragedias. Por un lado, la desaparición de su hermana, a la que cree muerta, y, por otro, la muerte de su prometido, asesinado, quien le ayudó a superar la muerte natural de su padre. Sufre por la muerte de su prometido y eso le lleva a investigar su muerte. A punto de morir por sus asesinos, un psicópata asesino le salva y la jefa de este psicópata se ofrece a ayudarle contra el bando que, según ella, hizo matar a su prometido, guardabosques, por acercarse demasiado a algo que no querían que viera. En esa situación descubre también que su hermana sigue viva y que está trabajando con la que salvó su vida. Lo que genera una ambigüedad y un dilema; creer a su supuesta salvadora aliada y, en caso de no hacerlo, renunciar a la única familia que le queda por su sed de venganza. El personaje es un psicólogo que trabaja para los malos y es de los mandos intermedios.

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  4. A veces, no hace falta tanto. En el caso de Disieri, no hay trauma, pues era un niño querido por sus padres, que creían tanto en su importancia, grandeza y genialidad para el mundo que le llamaron así; nombre que viene del turco "Dışişleri bakanı", que significa "Ministro de asuntos exteriores". En cambio, el niño se convirtió en un psicópata asesino.

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  5. Otro caso, el de Sifre, un personaje del que desconocemos su nombre real, pero cuyo origen es una dinámica concreta de dependencia y un insuficiente agradecimiento; parte de ser la heroína que salva el mundo en secreto, infinidad de veces, sin tener derecho a descanso siquiera, hasta que llega un momento en que se harta y decide ayudar a que el mundo se vaya al carajo, colaborando con los malos, porque el tener que salvar el mundo continuamente no le ha dejado vivir.

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  6. Otros no viven de forma concreta ese trauma en su trayectoria vital. Sofía ve morir a sus tíos en un accidente de coche y que su prima Seda le salve, quedando malherida por usar tecnología defectuosa. Si bien eso marca el futuro de Seda, convertida en cyborg y formada para ser policía de la patrulla roboCop (Otro homenaje al tema), Sofía no deja de tener una vida más o menos normal; un estallido evasivo retardado de meterse de polizón e ir unas semanas al otro confín del mundo en una ocasión es lo único que realmente marca el trauma. Hace cosas en su vida mientras y su interés por el periodismo y sus expectativas vienen por otros sucesos no traumáticos que vive; como el que le escandalice enterarse del proyecto Ascensión (Referencia a la serie homónima de ciencia ficción), en que hacen creer a un montón de personas que están en una nave espacial camino a otro planeta, cuando en realidad están atrapados en una base donde les vigilan e investigan, simulando todos los problemas con los que se topan dentro de la nave, desvelado tras llevar funcionando ciento cincuenta años. Eso y su deseo de ser corresponsal del periódico global, que engloba todos los medios del planeta tierra, una especie de ONU de los medios de comunicación, al servicio del equivalente planetario de Naciones Unidas, y participa también de hacer periodismo en Marte o La Luna.

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  7. Allora es un personaje con un trauma oculto, que no parece influir demasiado en su vida, y con un miedo a los cambios. En un momento dado, su trauma se desvela como un accidente que no fue capaz de recordar, en la selva amazónica, pero nada indica que eso le traumatice de por vida ni nada por el estilo. Y que vivió también, de niña, un hecho que de entender, al menos lo que consideran sus padres que ocurrió, lo que pasó la traumatizaría, pero que ella interpretó como conocer a un alienígena maravilloso cuando sus padres consideran que era un anómalo que intentó abusar de ella pero se lo impidieron a tiempo. Quizá su relación ambigua hacia los dinosaurios, fruto de ir con sus padres a Jurassic World o similar, le haya influido. Se puede decir que sus inquietudes fundamentales son más intelectuales, inspirada por una tía fallecida a la que apenas recuerda, y las inseguridades de alguien quizá un poco sobre protegido y que da mucho valor al pasado.

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  8. Y, en efecto, tampoco es necesario que un personaje sufra un trauma para tomar un camino cuestionable. La ausencia de un aprendizaje fundamental, quizá no por la falta de intentos de que lo aprenda sino porque no prestó suficiente atención, puede ocasionar el rumbo de ese personaje. En el caso de Wendollyn Fors, personaje que viaja en el tiempo del 10070 al 2089 por una criatura viajera cuando iba a ser ejecutada por sus crímenes, tenemos un ejemplo claro. El personaje puede hacer cosas buenas o malas, pero no tiene un trauma que le haga vender sus servicios científicos al mejor postor. Simplemente encuentra divertido, sin cuestionar su ética, usar la tecnología para fastidiar a unos o para ayudar a otros y recibir dinero por ello, colaborando con organizaciones criminales si se tercia. El salvarse de morir en el último momento le sirve de lección, pero tampoco se puede decir que le traumatice y no todo lo que sabemos de ella va en relación directa con su actividad criminal.

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    1. Hola, Javier. Vaya que extrañaba tus entradas en las que me cuentas bastante de tus historias. Siempre he pensado que conoces a la perfección cada aspecto de tu novela y te envidio. Efectivamente, el trauma puede crearnos personajes redondos pero no siempre es obligatorio. Cuídate mucho

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  9. Hola Piper. Gracias; no diría que tanto, pero son tantos años con esta saga que hay personajes que los tengo más presentes en cierto detalle. Cuídate mucho tú también :)

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  10. Excelente articulo muy completo!!! quedan muy claras muchas cosas como no cruzar la linea de la exageración, de medir siempre no es necesario tanto trauma, y tanto trauma lleva a una proporción equivalente de personalidad. Muy claro!

    GRACIAS!

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    1. Qué bueno que me hice entender. Ese es uno de los mayores temores al redactar. Y lo mejor es que te sirvió. Saludos, Lucas

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  11. Marian de Frontera Esdrújula al aparato:

    A veces lo que falta es poner más atención en personas reales, en conocer de cerca su historia para que los personajes de ficción resulten verosímiles. ¿A cuántas conocemos que vayan por ahí desgarrándose porque en su infancia hubo mil y una razones para ese desvarío presente? Y si las hay, ¿cuántas no sobreviven mejor de lo que hubiéramos imaginado? Dejar bajo la superficie la exhaustividad de lo pasado y que actúen sus efectos, como en la imagen del iceberg.

    Tú sí que has apurado hasta lo último que se puede decir de ello, querido amigo. Te felicito.

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    1. Marian, es un tema que me llama la atención porque la protagonista de mi último libro sufre un trastorno por situaciones de su infancia. Acostumbro publicar entradas relacionadas con mi proceso de escritura. Cuídate mucho y gracias por el comentario

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  12. Hola en primer lugar.

    Ahora,tengo una pregunta. Estoy desarrollando un personaje que sufre de trastorno de ansiedad y ataques de pánico, la cuestión sería si aplican las pautas que haz explicado aqui para este caso. Desde ya gracias! Espero que puedas responderme.

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